El jaguar, Panthera onca, es más que el felino más grande de América; es un emblema cultural y ambiental. Representado en innumerables piezas de arte prehispánico, el jaguar simboliza fuerza, dualidad y conexión con el cosmos. Pero su lucha por sobrevivir no es solo un mito o una pintura, como la inmortalizada por Rufino Tamayo en el mural Dualidad. Hoy, el rey de la selva enfrenta una batalla real contra la deforestación, el tráfico ilegal y las obras de infraestructura que fragmentan su hábitat.
¿Qué tan grave es la situación del jaguar?
Según el último censo de 2018, en México quedan aproximadamente 4,800 jaguares distribuidos desde la Sierra Madre Occidental hasta la Península de Yucatán. Cada ejemplar necesita entre 2,500 y 10,000 hectáreas para sobrevivir, pero el acelerado crecimiento urbano y proyectos como el Tren Maya han fragmentado más de 19,000 hectáreas de su hábitat.
El impacto del Tren Maya
El proyecto ferroviario ha encendido alarmas. Organizaciones como Sélvame del Tren han denunciado el riesgo para el jaguar y otras especies como el tigrillo y el mono araña. Además, los atropellamientos en carreteras se han convertido en un problema mortal: entre 2019 y 2023, al menos 13 jaguares murieron atropellados en carreteras cercanas al Tren Maya, ocho de ellos en la carretera 307.
Por qué proteger al jaguar es protegernos a todos
El jaguar es una especie «sombrilla», lo que significa que su conservación beneficia a todo el ecosistema. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el jaguar contribuye al mantenimiento de la biodiversidad, la provisión de agua y la captura de carbono, esenciales para combatir el cambio climático.
Además, su protección tiene un impacto directo en las comunidades locales, que pueden beneficiarse de programas de ecoturismo y conservación.
¿Qué se está haciendo para salvar al jaguar?
El Día Internacional del Jaguar, celebrado el 29 de noviembre, busca concienciar sobre su importancia. Este año, el WWF presentó el informe “Conectando puntos”, que propone estrategias integrales de conservación que incluyen:
- Restauración de corredores biológicos para conectar hábitats fragmentados.
- Programas de sensibilización comunitaria sobre la coexistencia con grandes felinos.
- Impulso a leyes más estrictas contra la caza furtiva y el tráfico de especies.
Acciones inmediatas
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha prometido un manejo “humanitario” de la fauna afectada por las operaciones del Tren Maya. Sin embargo, activistas y expertos como Raúl Padilla Borja, del Jaguar Wild Life Center, advierten que estas medidas deben incluir un monitoreo exhaustivo para evitar la pérdida de más ejemplares.
El futuro del jaguar: una decisión colectiva
El jaguar no solo es un símbolo, es un reflejo de la salud de nuestros ecosistemas. La pregunta es: ¿podremos revertir los daños antes de que sea demasiado tarde?
El desafío requiere la colaboración entre gobiernos, academia, comunidades locales y organizaciones civiles. Como dice el mural de Tamayo, la batalla entre la luz y la oscuridad aún no está decidida.
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