Joaquín Guzmán López, alias “El Güero Moreno”, hijo del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, es el centro de una investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) que lo vincula con una compleja red criminal dedicada al lavado de dinero y tráfico de precursores químicos. Su caso no solo revela el alcance del Cártel de Sinaloa, sino también estrategias que combinan el negocio ilícito con movimientos legales para minimizar condenas.
La red criminal: empresas y millones en juego
Según información del periodista Antonio Nieto, Guzmán López encabezaba una estructura de más de 50 colaboradores y 23 empresas distribuidas en estados como Sinaloa, Baja California, Ciudad de México y Estado de México. Estas compañías, con nombres como Farmacia Ludim y Aceros y Refacciones del Humaya S.A. de C.V., operaban en sectores como bienes raíces, comercio y logística.
El propósito principal de estas empresas era facilitar el almacenamiento, transporte y suministro de precursores químicos, esenciales en la producción de drogas sintéticas como metanfetaminas.
Principales colaboradores
Entre los operadores más destacados se encuentran:
Ludim Zamudio Lerma y Saúl Páez López, primos de Guzmán López, identificados por el Departamento del Tesoro de EE.UU. como proveedores clave de precursores químicos.
Viridiana Páez López, hermana de Saúl, señalada como creadora de empresas para logística.
Griselda López Pérez, madre de «Los Chapitos» y figura clave en las finanzas del cártel desde 2012.
Estrategia empresarial y el uso de empresas fachada
La investigación señala que Guzmán López utilizaba estas empresas para camuflar operaciones ilegales, realizando transacciones con compañías legítimas para legitimar sus ingresos. Además de los precursores químicos, su red incluía sectores como alimentos y representación artística, diversificando su influencia económica.
El giro estratégico: entrega y negociaciones
En un movimiento inesperado, Guzmán López se entregó a las autoridades estadounidenses. Fuentes señalan que su entrega fue parte de una estrategia para separarse de la facción de “Los Chapitos” y asegurar beneficios legales.
Según informes, Guzmán López habría negociado entregar información sobre su padrino, Ismael “El Mayo” Zambada, a cambio de protección y reducción de penas tanto para él como para su hermano, Ovidio Guzmán López.
La madre como pilar del Cártel de Sinaloa
Griselda López Pérez, madre de Guzmán López, es señalada desde 2012 por el Departamento del Tesoro como una pieza clave en las operaciones financieras del cártel. Su rol incluyó:
Financiar operaciones del cártel.
Coordinar actividades logísticas, como en el Culiacanazo de 2019, donde se reportó que cubrió los gastos funerarios de sicarios.
La respuesta de las autoridades
Actualmente, la FGR y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) trabajan en colaboración con organismos internacionales para recopilar pruebas contra la red de Guzmán López. Se espera que las investigaciones continúen revelando conexiones entre las empresas fachada y operaciones de tráfico internacional de drogas.
El impacto de las redes empresariales en el narcotráfico
El caso de Guzmán López evidencia cómo los cárteles utilizan estructuras empresariales aparentemente legítimas para lavar dinero y facilitar operaciones ilícitas. Este modelo permite:
Encubrir operaciones ilegales: Utilizando transacciones legales como fachada.
Diversificar ingresos: A través de sectores como bienes raíces, alimentos y logística.
Dificultar investigaciones: Al integrar actividades ilícitas con negocios legítimos.
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