El Origen de una Operación Sin Precedentes
El enfrentamiento entre la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y el Cártel de Sinaloa alcanzó un nuevo nivel con una misión encubierta que puso al descubierto a una facción conocida como “Los Chapitos”. Este grupo, liderado por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, emergió como un poder autónomo dentro de la organización criminal tras la captura de su padre en 2016.
La operación fue orquestada por el agente Juan Carlos Sandoval, quien logró infiltrarse en los niveles más altos de la red del cártel bajo la identidad falsa de José Luis Cázares. Con habilidad y paciencia, Sandoval tejió una compleja red de confianza con Víctor Manuel Félix Félix, alias “063”, consuegro de “El Chapo” y cerebro financiero de la organización.
La Estrategia Detrás del Engaño
Félix Félix, conocido por su carácter reservado y su desconfianza innata, fue atraído por la meticulosa actuación de Sandoval. En una jugada clave, el agente de la DEA se presentó como un experto financiero dispuesto a manejar los activos del cártel, asegurando transferencias millonarias y transacciones que enmascaraban el origen ilícito del dinero.
La relación alcanzó su punto culminante cuando Félix Félix propuso involucrar a Sandoval en el tráfico de cocaína, lo que desencadenó una serie de eventos que culminaron en su arresto en 2011. Con esta captura, la DEA no solo desmanteló una célula operativa en Ecuador, sino que también logró acceder a información confidencial sobre el clan Guzmán Salazar.
El Nacimiento de “Los Chapitos”
En los dispositivos incautados durante la operación, la DEA descubrió intercambios de mensajes entre Iván Archivaldo, Alfredo Guzmán Salazar, y sus medios hermanos Ovidio y Joaquín Guzmán López. Estas comunicaciones detallaban operaciones de tráfico de drogas, lavado de dinero y la adquisición de bienes de lujo.
Un Grupo con Identidad Propia
A diferencia de los métodos centralizados de su padre, “Los Chapitos” operaban con una red descentralizada. Este enfoque les permitió evitar la atención de las autoridades durante años, mientras consolidaban su influencia. Sus actividades incluían la adquisición de pasaportes falsos y el establecimiento de bases en Europa y América Latina.
El término “Chapitos”, inicialmente utilizado de manera informal por los agentes de la DEA, se convirtió en una referencia oficial que marcó un cambio en la percepción de la estructura del Cártel de Sinaloa.
La Violencia y la Guerra Interna
Tras la extradición de “El Chapo” a Estados Unidos en 2017, “Los Chapitos” se enfrentaron a una feroz disputa por el control del cártel con Ismael “El Mayo” Zambada. Este conflicto interno derivó en violentos enfrentamientos que sacudieron regiones como Culiacán y otras áreas del Pacífico mexicano.
Los hermanos Guzmán fueron vinculados a varios episodios de violencia extrema, incluyendo masacres y desapariciones, como parte de su estrategia para consolidar su posición. Estas acciones no solo fortalecieron su dominio, sino que también dejaron un legado de desestabilización en las comunidades afectadas.
Consecuencias Internacionales
La operación de la DEA y las sanciones financieras impuestas por el Departamento del Tesoro estadounidense debilitaron considerablemente las operaciones de “Los Chapitos”. Sin embargo, su capacidad para adaptarse y diversificar sus métodos ha mantenido viva su influencia en el narcotráfico global.
El caso de “Los Chapitos” representa un ejemplo claro de cómo las organizaciones criminales evolucionan y desafían constantemente a las autoridades, requiriendo enfoques más innovadores y colaborativos en la lucha contra el narcotráfico.
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