La estrategia de EE.UU. para desmantelar a los cárteles: perfiles de alto riesgo
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha dado un paso firme en su guerra contra el crimen organizado. Un documento fechado el 5 de febrero de 2024 detalla las nuevas directrices para la “eliminación total” de los cárteles, estableciendo perfiles criminales que serán prioritarios para la persecución penal.
Las organizaciones señaladas en este informe no sorprenden: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel de Sinaloa, el Tren de Aragua y la Mara Salvatrucha 13 (MS-13). Sin embargo, lo que llama la atención es el enfoque. Más allá de detenciones masivas, la estrategia se centra en figuras clave, aquellas cuyo impacto directo en EE.UU. justifica el uso de recursos federales para su captura y sanción.
Esta publicación llega pocos días después de que el presidente Donald Trump firmara una orden ejecutiva clasificando a los cárteles como organizaciones terroristas y de que Canadá tomara una medida similar. Con estos cambios, el gobierno de EE.UU. busca potenciar la cooperación internacional y endurecer sus acciones contra el narcotráfico y el crimen transnacional.
El nuevo perfil criminal: quiénes son los objetivos principales
El documento de la Fiscalía estadounidense establece una serie de características esenciales para definir a los individuos de interés dentro de las organizaciones delictivas. Entre los puntos clave se destacan:
1. Liderazgo dentro de la estructura criminal
Las detenciones y extradiciones estarán dirigidas principalmente a los líderes de los cárteles y figuras de alto nivel con poder de decisión. Esto implica que los operadores de menor rango o de bajo impacto podrían quedar fuera de las prioridades de captura.
2. Vínculos directos con Estados Unidos
El Departamento de Justicia dará especial relevancia a individuos con presencia en EE.UU. o que dirijan operaciones desde el extranjero con impacto directo en el país.
3. Participación en homicidios o ataques violentos
Se revisará si el individuo ha estado involucrado en asesinatos o actos violentos que afecten a ciudadanos o intereses estadounidenses. Esto eleva la prioridad de persecución contra sicarios, jefes de plaza y figuras delictivas con historial violento.
4. Sanciones económicas y expulsión del país
En algunos casos, en lugar de procesos judiciales extensos, la respuesta de EE.UU. podría centrarse en la expulsión de extranjeros vinculados con el crimen organizado, así como la imposición de sanciones económicas para desmantelar sus redes financieras.
5. Evaluación de impacto y recursos judiciales
El documento enfatiza que la estrategia busca optimizar recursos. Por ello, no será consistente con la política actual realizar arrestos y extradiciones de individuos que puedan beneficiarse de reducciones de sentencia por cooperación o roles menores en la estructura criminal.
El CJNG y el Cártel de Sinaloa: presencia en todo EE.UU.
Un informe reciente de la Agencia para el Control de Drogas (DEA) confirma que el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa tienen una presencia significativa en todo Estados Unidos. Sus redes se extienden desde California y Texas hasta Nueva York y Florida, con operaciones de tráfico de fentanilo, metanfetamina y otras drogas sintéticas.
A diferencia de otras organizaciones, estos cárteles han sabido adaptar sus estrategias, recurriendo a estructuras descentralizadas y estableciendo alianzas con pandillas locales. Esto hace que su erradicación sea un desafío para las autoridades, pues requiere un esfuerzo coordinado entre múltiples agencias y jurisdicciones.
¿Qué sigue en la lucha contra los cárteles?
Con la orden ejecutiva de Trump y las nuevas directrices de la Fiscalía, Estados Unidos se perfila para una fase más agresiva en su combate al crimen organizado. Se espera que esta estrategia genere:
- Más sanciones económicas y bloqueos financieros a los grupos criminales.
- Un aumento en extradiciones selectivas, priorizando líderes y operadores clave.
- Mayor cooperación con gobiernos aliados, como Canadá y México, para acciones conjuntas contra el narcotráfico.
- Uso de herramientas antiterroristas, que podrían permitir operaciones más contundentes en suelo extranjero.
La pregunta es si México y otros países afectados seguirán la misma línea o si la lucha contra los cárteles tomará rumbos distintos en la región.


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