El gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena, anunció un plan a mediano plazo para reubicar el basurero de Celestún y posteriormente el de Río Lagartos, como parte de las acciones del gobierno estatal para proteger el medio ambiente y atender las solicitudes de los habitantes de ambas localidades.
La medida se toma luego de que la Profepa clausurara parcialmente el vertedero de Celestún y ante la imposibilidad económica del municipio para gestionar un nuevo depósito sanitario.
La Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) tiene la tarea de buscar un terreno en el municipio de Kinchil donde se construirá un nuevo relleno sanitario que pueda dar servicio a ambos municipios.
Díaz Mena explicó que una vez concluida la construcción, se llevará a cabo la limpieza del basurero antiguo y la reforestación de los manglares de la zona, un proceso que, aseguró, puede realizarse en poco tiempo dado que se ha ejecutado con éxito en otros lugares del estado.
El gobernador enfatizó que esta reubicación será coordinada mediante una mesa de trabajo encabezada por el titular de la Secretaría General de Gobierno, Omar Pérez Avilés, para garantizar que la población no se quede sin un lugar adecuado para disponer de sus residuos.
Además, señaló que la problemática ambiental de Celestún no es aislada, ya que el vertedero de Río Lagartos, ubicado junto a la carretera y en una zona de humedales, también requiere atención y será reubicado en coordinación con la alcaldesa del municipio en el mediano plazo.
Díaz Mena también destacó la preocupación de la comunidad por la preservación del entorno y la protección de la pesca, frente a la pesca furtiva que afecta a los pescadores locales.
El gobierno estatal mantiene vigilancia marítima con lanchas rápidas de la SSP, Conapesca y la Marina, y llamó a los legisladores federales a endurecer las sanciones para quienes incurran en estas prácticas ilegales, comprometiéndose a reforzar la supervisión en las zonas de Celestún y Dzilam de Bravo.


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