El jueves 26 de diciembre, visitantes del Zoológico de Culiacán, Sinaloa, notaron la ausencia de una de las dos jirafas que suelen habitar en el recinto. La preocupación de los asistentes rápidamente se viralizó, llevando al recién nombrado director, José María Casanova Rodríguez, a declarar públicamente que el paradero del mamífero es desconocido.
«Cuando llegué, ya no estaba la jirafa», afirmó Casanova, quien asumió la dirección el pasado 7 de noviembre. La situación, según él, podría deberse a un intercambio con otro zoológico o, en el peor de los casos, al fallecimiento del animal. Sin embargo, la falta de claridad ha generado incertidumbre tanto en la comunidad como entre las autoridades locales.
Un cambio de dirección en medio del misterio
El cambio en la administración del zoológico complica aún más el panorama. Diego García Heredia, exdirector del recinto, dejó el cargo poco antes de la desaparición. Casanova ha solicitado que García Heredia presente un informe el próximo 6 de enero para esclarecer los hechos, mientras el proceso oficial de entrega-recepción tiene como fecha límite el 13 de enero de 2025.
Esta situación plantea preguntas sobre las condiciones de seguridad, el manejo interno y los protocolos del Zoológico de Culiacán. Hasta ahora, no se han emitido declaraciones oficiales que expliquen el paradero del animal ni se han anunciado medidas concretas para investigar el caso.
El Zoológico de Culiacán: un ícono con retos persistentes
Fundado en 1950, el Zoológico de Culiacán es uno de los principales atractivos de la capital sinaloense. Con una colección de más de 1,400 animales de 450 especies diferentes, el recinto combina conservación, educación y entretenimiento. Entre sus ejemplares destacan leones, osos, hipopótamos, aves exóticas y, hasta hace poco, dos jirafas.
El zoológico también se enfoca en promover la conservación de especies en peligro de extinción y cuenta con programas educativos dirigidos a sensibilizar a las nuevas generaciones sobre el impacto humano en la naturaleza. Sin embargo, a pesar de sus contribuciones, el recinto no está exento de críticas. Grupos ambientalistas han señalado la necesidad de mejorar las condiciones de algunos espacios y fortalecer las políticas de cuidado animal.
Las preguntas que quedan por responder
La desaparición de la jirafa ha generado un debate más amplio sobre la gestión de los zoológicos en México. ¿Qué protocolos existen para asegurar la transparencia en el manejo de los animales? ¿Cuáles son las responsabilidades de los directores salientes? Y, más importante aún, ¿se garantizará justicia si se comprueba una negligencia o mal manejo?
La situación en el Zoológico de Culiacán pone en evidencia la importancia de establecer estándares rigurosos de gestión, particularmente en instituciones dedicadas a la conservación y cuidado de especies.
Hacia un futuro con mayor transparencia
Para recuperar la confianza de la ciudadanía, será crucial que las autoridades aclaren rápidamente el paradero de la jirafa y que implementen medidas preventivas para evitar incidentes similares. Esto podría incluir auditorías internas, mayor capacitación del personal y la creación de mecanismos de rendición de cuentas.
Además, los zoológicos en México deben trabajar en conjunto con organizaciones ambientalistas para garantizar que sus prácticas sean éticas, sostenibles y transparentes. La desaparición de un animal no solo afecta la reputación del recinto, sino que también compromete su misión como espacio de conservación.
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