El regreso a clases en la primaria de tiempo completo Leonardo Bravo, ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, se convirtió en una jornada inusual y de protesta. Más de 300 alumnos iniciaron su día con clases extramuros frente al plantel, como parte de una manifestación organizada por la comunidad escolar para exigir certeza laboral para la docente Aminta Cervantes, a quien no se le renovó su contrato para el ciclo escolar 2025-2026.
La actividad, que se extendió por poco más de una hora, contó con la participación de estudiantes, maestros y padres de familia, quienes utilizaron esta forma simbólica de protesta para visibilizar la situación de la maestra y al mismo tiempo enseñar a los niños la importancia de defender los derechos laborales y la unidad comunitaria.
Una jornada escolar diferente
Desde antes de las ocho de la mañana, los alumnos llegaron con mochilas y cuadernos listos para tomar sus primeras actividades frente a la escuela. La zona fue delimitada con mecates y cadenas de plástico para garantizar la seguridad de los menores en plena avenida Misterios, mientras padres de familia resguardaban el espacio hasta el ingreso formal al plantel.
Organizados de primero a sexto grado, los estudiantes comenzaron su jornada brincando y bailando al ritmo de canciones infantiles. Luego, se distribuyeron en círculos para participar en distintas actividades: lectura de cuentos, papiroflexia, dibujos en papel, pintar figuras con gis en la banqueta, iluminar mandalas y cantar canciones.
Padres de familia también se unieron a las dinámicas para motivar a sus hijos y reforzar el sentido de colectividad en un entorno poco común, pero cargado de significado.
El caso de la maestra Aminta Cervantes
La protesta tuvo como eje central la situación de la profesora Aminta Cervantes, con más de 15 años de experiencia en la docencia y quien en mayo pasado llegó al plantel por un interinato. Para este ciclo escolar se le había asignado el grupo de sexto A, pero su contrato no fue renovado, a pesar de que ha continuado trabajando sin recibir salario.
El director de la primaria, Francisco Bravo, explicó que la solicitud hacia las autoridades educativas es clara: que se otorgue nuevamente un contrato a Cervantes para garantizar la continuidad académica del grupo y reconocer su trayectoria.
“Lo que estamos pidiendo es que se le dé nuevamente trabajo. Este caso es solo uno de los miles en la Ciudad de México, donde profesores quedan en la incertidumbre laboral por falta de renovación de contratos”, comentó Bravo.
La precariedad laboral docente
El director subrayó que la situación de la maestra Cervantes no es aislada. En la capital, numerosos docentes trabajan bajo condiciones de interinatos prolongados, lo que los deja en un estado de inseguridad laboral y sin acceso a prestaciones básicas.
Esto no solo afecta a los maestros y sus familias, sino también al desarrollo educativo de los alumnos, quienes pierden continuidad académica cada vez que un docente es desplazado o sustituido sin previo aviso.
La protesta en la Leonardo Bravo busca llamar la atención sobre esta problemática estructural, que pone en entredicho la estabilidad del sistema educativo y los derechos laborales de miles de profesores en la Ciudad de México.
Padres y comunidad unidos
Uno de los aspectos más destacados de la protesta fue la participación activa de los padres de familia, quienes respaldaron la exigencia de certeza laboral para la maestra y defendieron la acción como una forma de enseñanza cívica para sus hijos.
“Queremos que nuestros niños aprendan a no quedarse callados y a defender lo que es justo. Los problemas de uno son problemas de todos, y como comunidad debemos estar unidos”, señalaron algunos tutores durante la jornada.
La manifestación fue pacífica y concluyó cuando los alumnos ingresaron al plantel a las nueve y media de la mañana para continuar con sus clases regulares. Aquellos estudiantes que no participaron en la dinámica extramuros llegaron directamente a esa hora para reintegrarse a la rutina escolar.
Significado de la protesta
Más allá de la exigencia puntual por el caso de la maestra Cervantes, la protesta en la primaria Leonardo Bravo representa un acto pedagógico y comunitario. Los alumnos vivieron un inicio de clases distinto, en el que aprendieron, a través de la experiencia, que la defensa de los derechos también forma parte de la vida democrática.
La acción también subraya la solidaridad escolar, al mostrar cómo estudiantes, padres y docentes pueden organizarse para defender una causa común. En este sentido, la manifestación sirve como ejemplo de cómo la educación trasciende las aulas y se convierte en un ejercicio de ciudadanía activa.
Las clases extramuros en la primaria Leonardo Bravo marcaron un inicio de ciclo escolar atípico, pero cargado de simbolismo. La exigencia de certeza laboral para la maestra Aminta Cervantes abrió un debate sobre la precariedad laboral docente y el derecho de los alumnos a contar con continuidad académica.
La movilización pacífica y creativa de la comunidad escolar no solo visibilizó un caso particular, sino que también puso en el centro la necesidad de garantizar condiciones justas para todos los maestros en la Ciudad de México. Para los padres y estudiantes, la lección fue clara: la unión y la defensa de los derechos son parte esencial de la educación.


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