El pasado 29 de noviembre de 2024, Puebla se vio envuelta en un caso que generó gran conmoción: la desaparición de Diana Rousse, una joven de 24 años, que aparentemente fue secuestrada en el municipio de Tehuacán. Sin embargo, lo que al principio parecía un caso de secuestro se transformó en una compleja historia de engaños y manipulación.
Desde el inicio de la denuncia, las autoridades locales actuaron rápidamente, encabezadas por la Fiscalía Especializada en Investigación de los Delitos de Desaparición Forzada de Personas. Se emitió una alerta de búsqueda y se comenzó a realizar una investigación exhaustiva, que pronto reveló sorprendentes detalles.
La trama que desmintió la versión oficial
Diana Rousse había sido vista por última vez en una tienda Coppel en Tehuacán, donde se encontraba en compañía de sus hijos y su niñera, quienes la esperaban en el estacionamiento. Aunque la joven había entrado a la tienda, nunca volvió. Posteriormente, sus familiares recibieron mensajes alarmantes, informándoles que había sido secuestrada, y pidiendo un rescate de 250 mil pesos.
Sin embargo, al profundizar en las investigaciones, la Fiscalía descubrió que la joven no había sido secuestrada en ningún momento. Las cámaras de seguridad de la tienda mostraron que Diana Rousse abandonó el establecimiento por su propia voluntad. Más tarde, se dirigió a un centro de Tehuacán, donde adquirió una tarjeta SIM con un número diferente al suyo.
El engaño de los mensajes y la llamada de «liberación»
Usando este nuevo número, la joven comenzó a enviar mensajes a sus familiares, haciéndoles creer que se encontraba secuestrada. En los textos incluía exigencias económicas y fotos que mostraban a Diana Rousse con los ojos vendados. Incluso envió un mensaje de voz en el que, entre sollozos, pedía ayuda, generando aún más angustia en sus seres queridos.
La investigación también reveló que la joven se hospedó en varios hoteles de la zona, lo que confirmaba que no estaba bajo cautiverio, sino que, al parecer, había planeado todo el incidente.
El trágico desenlace: el aborto y el feto abandonado
Lo más impactante de esta historia ocurrió en uno de los hoteles en donde se hospedó Diana Rousse. Según las autoridades, en ese lugar la joven habría tomado medicamentos para inducir un aborto. Tras expulsar un feto de 11 a 12 semanas de gestación, la joven lo colocó en una bolsa de tela roja y lo abandonó en la capilla de la Catedral de Tehuacán.
Este acto conmocionó a la comunidad, no solo por la grave manipulación que había sufrido la familia, sino por la crudeza del hecho. Más tarde, Diana Rousse se contactó con su esposo, quien reside en Estados Unidos, y le comunicó que había sido liberada.
La detención de la joven y los cargos en su contra
La joven fue detenida y actualmente enfrenta una serie de cargos por falsificación de pruebas, simulación de un secuestro, y la posible comisión de otros delitos graves. La Fiscalía sigue recopilando pruebas para determinar las implicaciones legales de su conducta.
Este caso ha desatado un debate en la sociedad sobre el impacto emocional que puede tener un engaño de tal magnitud, especialmente cuando involucra la salud reproductiva y la vida de una persona. Las autoridades de Puebla continúan con la investigación para esclarecer todos los aspectos del caso.
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