La captura de Ismael «El Mayo» Zambada, figura clave del Cártel de Sinaloa, ha desatado un debate internacional sobre la implicación de agencias estadounidenses en la operación que lo llevó a territorio estadounidense. Aunque en un principio se dijo que Zambada había viajado en un avión tipo Cessna 205, recientemente se reveló que en realidad fue trasladado en una aeronave modelo Beechcraft King Air, propiedad de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI). Esta operación, en la que también estuvo involucrado Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán, deja entrever una red de cooperación entre el cártel y agencias estadounidenses que sorprende tanto a ciudadanos como a funcionarios de ambos países.
El misterio del avión encubierto: ¿quiénes estaban detrás?
La revelación de que el avión pertenecía a la HSI ha dejado muchas preguntas sin respuesta. Según fuentes de la revista Proceso, la aeronave fue parte de una operación encubierta, en la que incluso el piloto habría estado al servicio de la agencia estadounidense. El fiscal mexicano, Alejandro Gertz Manero, ha manifestado públicamente su desconcierto, pues afirma que las autoridades estadounidenses no han brindado información detallada sobre el piloto y el proceso de ingreso de la aeronave a Estados Unidos.
“Eso es lo que les estamos pidiendo, que nos digan ¿por qué llegó en un avión clonado? ¿por qué no fue detenido el piloto en esas condiciones? Porque no hay un protocolo que nos diga cómo entró”, comentó el fiscal Gertz Manero.
Aviones «encubiertos»: el papel de la HSI en operaciones de alto riesgo
Óscar Hagelsie, exdirector de la HSI, explicó a Proceso que este tipo de aviones están diseñados para no ser fácilmente rastreables. Son aeronaves cuyo registro original no está disponible públicamente, ya que su administración es realizada por empresas encubiertas que trabajan en estrecha colaboración con la agencia estadounidense. Estas aeronaves “covert” permiten operaciones transfronterizas sin levantar sospechas, y en este caso, se utilizó para trasladar a Zambada en un vuelo que pasó desapercibido hasta que el FBI notificó su decomiso en octubre de este año.
El valor estimado del avión, aproximadamente 650 mil dólares (equivalentes a 12 millones 656 mil pesos), fue una de las pocas informaciones compartidas públicamente. Sin embargo, se desconoce si existió algún acuerdo previo entre la HSI y los integrantes del Cártel de Sinaloa para facilitar el traslado de “El Mayo” a Estados Unidos.
¿Colaboración o captura? La estrecha relación entre la HSI y el Cártel de Sinaloa
Esta revelación ha reavivado las teorías de colaboración entre la HSI y algunos miembros del Cártel de Sinaloa, en especial en lo que respecta a «El Chapo» Guzmán y su familia. En ocasiones anteriores, «El Chapo» Guzmán habría cooperado con las autoridades para la captura de rivales. Esta vez, el hijo de Guzmán también estaba en el avión, lo que sugiere que su presencia no fue accidental, sino parte de una estrategia bien coordinada con la HSI.
Las fuentes del gobierno estadounidense mencionadas en el reportaje sugieren que la HSI participó activamente en la operación, controlando desde el piloto hasta los permisos de vuelo necesarios para que el avión ingresara sin problemas a territorio estadounidense. Este tipo de operaciones pone de relieve las tácticas poco convencionales que agencias de seguridad utilizan para capturar a figuras clave del narcotráfico, aunque también plantean dudas sobre los límites de esta colaboración.
México y EE. UU.: un debate sobre protocolos y soberanía
La falta de claridad y la escasa cooperación informativa por parte de Estados Unidos ha generado tensiones con la Fiscalía General de la República (FGR) en México. El fiscal Gertz Manero ha señalado que la entrada de una aeronave encubierta con individuos de alta peligrosidad debería haberse llevado a cabo bajo un protocolo establecido, y exige que Estados Unidos aclare las circunstancias de esta operación.
Aunque no es la primera vez que ambos países colaboran en la captura de narcotraficantes, el uso de aviones encubiertos y la participación de agencias estadounidenses en operaciones de este tipo plantean cuestionamientos importantes sobre la soberanía de México y los acuerdos bilaterales de seguridad.
El futuro de la cooperación binacional en materia de seguridad
La captura de “El Mayo” podría representar un avance significativo en la lucha contra el narcotráfico, pero también abre un debate sobre los métodos utilizados y los límites de la colaboración entre ambos países. La transparencia y el respeto a los protocolos binacionales de seguridad serán esenciales para evitar tensiones y fortalecer la confianza mutua en futuras operaciones.
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