El cáncer cervicouterino es una enfermedad silenciosa. Puede avanzar durante cinco, diez o incluso más años sin presentar síntomas. Y cuando estos finalmente aparecen, en muchos casos significan que el cáncer ya está en una etapa avanzada y potencialmente mortal.
En el marco del Día para la Eliminación del Cáncer Cervicouterino, especialistas como el ginecólogo Jorge Treviño hacen un llamado urgente a reforzar la prevención, los chequeos y la información clara para toda la población.
De acuerdo con Treviño, este tipo de cáncer es uno de los pocos que sí se puede detectar muy temprano. Sin embargo, su naturaleza silenciosa hace que muchas mujeres no acudan a revisiones periódicas, lo que permite que la enfermedad avance sin ser notada.
“El cáncer cervicouterino es una enfermedad traicionera porque no duele, no sangra y no avisa al principio. Puede estar desarrollándose lentamente sin generar ninguna molestia.
“Cuando finalmente aparecen síntomas, como sangrado fuera de periodo, dolor pélvico o flujo con mal olor, muchas veces ya hablamos de un cáncer avanzado, que requiere tratamientos más agresivos y con menor probabilidad de éxito”, explicó.
Una enfermedad prevenible, si se detecta a tiempo
El ginecólogo insistió en que la mayor tragedia del cáncer cervicouterino es que es altamente prevenible. La herramienta principal para su detección oportuna es el Papanicolaou, un estudio sencillo y rápido que detecta cambios en las células del cuello uterino antes de que se conviertan en cáncer.
“Si todas las mujeres se hicieran su Papanicolaou cada año a partir del inicio de su vida sexual, podríamos evitar la gran mayoría de los casos. Es un estudio que dura cinco minutos, no requiere anestesia y no causa dolor. Es increíble cómo un procedimiento tan sencillo puede literalmente salvar vidas”, señaló.
Agregó que aunque son más las mujeres que hoy acuden de manera preventiva a consulta para realizarse la prueba, también hay un alto número de mujeres que por estigmas, miedos o desconocimiento, no se realizan un papanicolau hasta por años.
“Cuando eso ocurre, el tratamiento es mínimo y la vida de la paciente no corre peligro. Pero cuando alguien llega diez años después sin haberse revisado nunca, muchas veces ya no estamos tratando una lesión: estamos tratando un cáncer que ya invadió otros tejidos”, dijo.
El papel del Virus del Papiloma Humano (VPH)
El especialista recordó que la mayoría de los casos de cáncer cervicouterino están relacionados con el Virus del Papiloma Humano (VPH), una infección muy común y que, en la mayoría de las personas, desaparece sola. El problema aparece cuando ciertos tipos de virus persisten y comienzan a causar cambios celulares.
“El VPH es extremadamente común. Tenerlo no significa que algo se hizo mal ni que hay una conducta riesgosa. Pero sí significa que debemos estar vigilando. El virus puede quedarse silencioso durante años y de pronto provocar lesiones que, sin una revisión a tiempo, pueden convertirse en cáncer”, explicó.
Por ello, explicó que la vacuna contra el VPH es una de las herramientas de salud pública más significativas de las últimas décadas.
“Vacunar a niñas, niños y adolescentes es fundamental. La vacuna reduce de manera drástica el riesgo de desarrollar cáncer más adelante. Es, sin duda, una de las mejores decisiones en salud que puede hacer una familia, además de que ya esta disponible tanto para niñas como para niños”, aseguró.
Cuando aparecen los síntomas… ya vamos tarde
De acuerdo con Treviño, los primeros signos de alerta suelen llegar cuando el cáncer está avanzado. Entre los más comunes se encuentran el sangrado entre periodos o después de relaciones sexuales, dolor pélvico constante, flujo vaginal con mal olor y molestias al orinar.
“Cuando una mujer llega por sangrado inesperado o dolor persistente, nuestra preocupación aumenta porque sabemos que algo que pudo detectarse temprano no se revisó a tiempo. Y eso hace que los tratamientos sean más complicados, más dolorosos y, en muchos casos, menos efectivos”, lamentó el ginecólogo.
En este día de conmemoración, Treviño insistió en que la eliminación del cáncer cervicouterino es posible, pero solo si se combina la vacunación, los estudios preventivos y una cultura de autocuidado.
“Necesitamos que las mujeres sepan que el cáncer cervicouterino no es una sentencia si lo detectamos a tiempo. La prevención no solo salva vidas, también evita tratamientos costosos, dolorosos y desgastantes. Revisarse una vez al año puede marcar la diferencia entre una vida tranquila y una batalla difícil contra el cáncer”, concluyó.
Síntomas en etapas avanzadas
- Sangrado fuera del periodo
- Sangrado después de relaciones sexuales
- Dolor pélvico persistente
- Flujo vaginal con mal olor
- Molestias al orinar
Factores de riesgo más comunes
- Infección persistente por VPH
- No realizarse Papanicolaou regularmente
- Inicio temprano de vida sexual sin protección
- Tabaquismo
- Sistema inmunológico debilitado
¿Cómo prevenir el cáncer cervicouterino?
- Realizar Papanicolaou anual
- Aplicar la vacuna contra el VPH
- Usar preservativo en cada relación sexual
- Evitar fumar
- Acudir a revisión ginecológica periódica
Importancia del Papanicolaou
- Detecta cambios celulares antes de que se vuelvan cáncer
- Es un procedimiento rápido y sencillo
- No requiere anestesia
- Permite tratamientos tempranos y menos invasivos
- Reduce el riesgo de cáncer avanzado
¿Quiénes deben vacunarse contra el VPH?
- Niñas y niños de 9 a 14 años
- Adolescentes que no han completado el esquema
- Mujeres jóvenes no vacunadas previamente
- Personas vulnerables a infecciones por VPH
- Hombres jóvenes para reducir transmisión
¿Cuándo acudir al ginecólogo?
- Cambios anormales en el ciclo menstrual
- Flujo diferente al habitual
- Dolor continuo en la parte baja del abdomen
- Sangrado después de relaciones sexuales
- Resultados anormales en estudios previos
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