La mañana del martes, la tranquilidad de Ensenada fue rota por un ataque armado que terminó con la vida de Servando Valenzuela Nakato, empresario tiburonero reconocido y miembro de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera (CANAINPESCA). El ataque ocurrió en una gasolinera en la delegación de El Sauzal.
Testigos relatan que, alrededor de las 9:40 de la mañana, sujetos armados dispararon contra Valenzuela. A pesar de los esfuerzos por trasladarlo al Hospital Velmar, las heridas en el pecho y la cabeza resultaron fatales.
Este asesinato es el segundo ataque directo a empresarios pesqueros en menos de un año, tras el homicidio de Minerva Pérez Castro, presidenta de CANAINPESCA, en julio pasado.
La violencia en la industria pesquera: un problema creciente
El narco y su control del mar
Ensenada, conocida por su riqueza marítima, se ha convertido en un terreno disputado por el crimen organizado. Los cárteles, además de controlar rutas de narcotráfico hacia Estados Unidos, han extendido su influencia a la pesca, cobrando extorsiones que van de los 20 mil a los 60 mil pesos mensuales.
Según el Semanario Zeta, líderes del Cártel de Sinaloa, como Alonso y René Arzate, imponen cuotas fijas, reemplazando el antiguo modelo basado en porcentajes de las ventas.
Incendios y amenazas
Los asesinatos no son el único método de control. Negocios que resisten a las extorsiones enfrentan incendios provocados, como el registrado en febrero pasado en una pescadería del centro de Ensenada. Recientemente, otro comercio fue atacado con gasolina, dejando severos daños materiales.
Impacto social y económico del crimen organizado
La violencia ha desestabilizado una industria clave para la economía local. El miedo y las extorsiones han obligado a muchos pequeños empresarios a cerrar o a trabajar en condiciones inseguras. Este ambiente hostil no solo afecta a la economía, sino que también destruye el tejido social de las comunidades pesqueras.
¿Qué acciones se están tomando?
Aunque las autoridades han prometido reforzar la seguridad, los ataques continúan. El caso de Servando Valenzuela Nakato es un recordatorio doloroso de la urgencia de implementar medidas efectivas para proteger a quienes dependen de esta industria.
La violencia en Baja California exige una respuesta contundente para garantizar la seguridad y estabilidad en el sector pesquero, una pieza clave en la economía y cultura de la región.
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