Este año marca un momento crucial para las relaciones entre México y Estados Unidos. Bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum, México busca fortalecer la cooperación bilateral con una agenda enfocada en intereses mutuos, desde el comercio hasta el cambio climático, pasando por el complejo fenómeno migratorio.
Sheinbaum ha sido clara: “México es un país libre, independiente y soberano”. Esta postura subraya la importancia de mantener una relación de respeto y coordinación, dejando atrás cualquier percepción de subordinación. En sus palabras, ambos países comparten “familias, cultura, economía y comercio”, y esta interdependencia es clave para fomentar un nuevo esquema de colaboración.
Migración: un enfoque global y humano
El fenómeno migratorio continúa siendo uno de los temas más urgentes en la agenda bilateral. Sin embargo, México insiste en que la migración debe ser abordada como una consecuencia, no como una causa. Este enfoque reconoce que los factores económicos, sociales y políticos detrás de la migración requieren soluciones estructurales a largo plazo.
Puntos clave del enfoque mexicano:
- Reconocimiento de la contribución económica de la inmigración indocumentada a la economía estadounidense.
- Implementación de políticas para proteger a los migrantes en su tránsito y estancia.
- Fomento de un diálogo multinacional que abarque toda la región de América Latina.
La presidenta Sheinbaum ha señalado que la seguridad y el desarrollo económico regional son cruciales para reducir las causas de la migración forzada, priorizando acuerdos que beneficien a ambas naciones.
Acciones concretas para los connacionales en el extranjero
México ha fortalecido su apoyo a los mexicanos en Estados Unidos con iniciativas innovadoras como:
- Fortalecimiento de los 53 consulados mexicanos, pilares fundamentales de asistencia y protección.
- Centro de Información y Asistencia a Personas Mexicanas (CIAM): brinda apoyo legal y asesoría vía telefónica.
- Botón de Alerta: una app diseñada para emergencias que conecta a los usuarios con consulados.
- Ventanilla única de trámites consulares: simplifica gestiones y mejora la atención a la diáspora mexicana.
Estas acciones demuestran el compromiso del gobierno mexicano con sus ciudadanos, incluso más allá de sus fronteras.
Más allá de la migración: una agenda integral
Aunque el tema migratorio domina las conversaciones, la relación entre México y Estados Unidos no se limita a este aspecto. Los puntos prioritarios incluyen:
- Comercio: Consolidar acuerdos dentro del marco del T-MEC, que generen estabilidad para ambos países.
- Cambio climático: Colaborar en energías renovables y reducción de emisiones de carbono.
- Seguridad: Combatir de manera coordinada el narcotráfico y la violencia transfronteriza.
- Innovación tecnológica: Fomentar el desarrollo de la industria 4.0 en ambos países.
La llegada del embajador Ronald Douglas Johnson, un diplomático con experiencia en América Latina, refuerza las expectativas de cooperación en estos frentes.
Política exterior y prosperidad compartida
Bajo el liderazgo de Juan Ramón de la Fuente como canciller, México prioriza la construcción de puentes en lugar de muros. Esta visión se refleja en un renovado pacto social que promueve la prosperidad compartida y asegura certidumbre para las inversiones extranjeras.
El 2025 arranca con un México económicamente estable y con una democracia fortalecida, lo que sienta las bases para una relación bilateral que beneficie tanto a las familias como a las economías de ambos países.
El futuro de la relación bilateral
La relación entre México y Estados Unidos tiene el potencial de convertirse en un modelo de cooperación regional basado en el respeto mutuo y una visión humanitaria. La presidenta Sheinbaum y su equipo han establecido las bases para un año de diálogo efectivo y acciones concretas que podrían marcar un antes y un después en esta histórica relación.
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