El 2024 será recordado como el año en que el morenismo, utilizando su mayoría legislativa, chantajes y compra de voluntades, consolidó el desmantelamiento de las instituciones que garantizaban los contrapesos democráticos en México.
La eliminación de organismos autónomos y la remodelación de la división de poderes han dejado al país con un diseño institucional que otorga al gobierno un poder sin límites reales, algo que no se veía desde los regímenes autoritarios del siglo XX.
2025: ¿Un poder mesurado o una nueva era autoritaria?
Con Claudia Sheinbaum como presidenta y un Congreso dominado por Morena, surgen preguntas inevitables: ¿Ejercerán el poder con prudencia o abusarán de su posición dominante? Las señales del pasado no auguran un panorama alentador.
Tres razones para temer lo peor
1. El poder no se autocontrola
La historia ha demostrado que el poder, como el agua, ocupa todos los espacios que se le permiten. Por eso, el constitucionalismo moderno establece límites y controles para evitar abusos. Pretender que el morenismo se autocontendrá es ingenuo; el poder jamás ha mostrado un “rostro bondadoso” cuando carece de restricciones.
2. Antecedentes de abuso
Los líderes actuales han recurrido a estrategias antidemocráticas en el pasado. Desde el uso de recursos públicos para fines partidistas hasta la cooptación de opositores, Morena ha demostrado que su prioridad no es el respeto a las reglas democráticas, sino la concentración del poder.
3. Una esencia autoritaria disfrazada de justicia social
Aunque el morenismo se presenta como un movimiento de izquierda, su verdadera esencia ha sido la acumulación de poder. Su actuación en 2024 lo dejó claro: modelaron la Constitución para eliminar contrapesos y diseñar un sistema que asegure su permanencia.
El impacto del desmantelamiento institucional
La desaparición de organismos autónomos y la falta de controles reales tendrán consecuencias profundas:
- Debilitamiento de los derechos democráticos: Sin instituciones que vigilen al gobierno, los derechos y libertades de los ciudadanos quedan vulnerables.
- Concentración del poder: La falta de contrapesos permite decisiones unilaterales que afectan la pluralidad política.
- Riesgos económicos y sociales: La ausencia de organismos técnicos independientes puede traducirse en políticas públicas ineficaces y clientelistas.
La batalla por la democracia constitucional
Recuperar un sistema democrático funcional será una tarea ardua. Los ciudadanos y las fuerzas opositoras deberán enfrentar la cara más autoritaria del régimen, algo que exigirá:
- Realismo: Reconocer la naturaleza del poder y no idealizarlo.
- Decisión y valentía: La resistencia democrática en la historia ha requerido esfuerzos constantes y valientes.
- Unidad ciudadana: Una sociedad organizada y vigilante será clave para exigir transparencia y rendición de cuentas.
Reflexión: ¿Qué nos espera en 2025?
El inicio de este año plantea un reto monumental: evitar que la concentración del poder derive en la supresión total de los derechos democráticos. Aunque el panorama parece desalentador, la historia muestra que la valentía ciudadana puede frenar incluso a los regímenes más autoritarios.
El 2025 no solo será un año de desafíos, sino también de oportunidades para reconstruir la democracia desde las bases sociales y políticas. La pregunta no es si será difícil, sino si estaremos a la altura del momento histórico.
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