El 2025 arranca con un panorama económico sombrío para México, marcado por la consolidación fiscal, el debilitamiento institucional y el impacto de políticas proteccionistas en Estados Unidos. Aunque la situación parece desfavorable, también ofrece una oportunidad para reflexionar sobre el largo plazo y prepararse para cambios inevitables.
En este análisis, se presentan los pronósticos clave para el desempeño económico de México y su entorno internacional, considerando factores como el PIB, la inflación, el tipo de cambio y las tendencias globales.
Crecimiento del PIB: Una economía estancada
Se proyecta un crecimiento del PIB de solo 0.4%. Este bajo desempeño responde a:
- Consolidación fiscal que limita el gasto público.
- Falta de confianza de inversionistas debido al deterioro del estado de derecho.
- Políticas proteccionistas de Estados Unidos, que impactarán negativamente al sector exportador mexicano.
- Inseguridad pública, un obstáculo persistente para la inversión y el comercio.
El panorama económico podría empeorar si los riesgos no se mitigan, con revisiones a la baja durante el año, como ocurrió en 2024.
Inflación moderada: Estabilidad bajo presión
La inflación cerrará en 3.42%, moderada gracias a:
- Menores presiones de demanda interna.
- Una depreciación controlada del tipo de cambio.
- El efecto rezagado de la política monetaria restrictiva del Banco de México.
Sin embargo, se esperan altibajos a lo largo del año, reflejando la volatilidad del mercado global y las incertidumbres locales.
Tipo de cambio: Presión en el peso mexicano
El tipo de cambio cerrará en aproximadamente 22.75 pesos por dólar, aunque podría alcanzar niveles de 24 pesos debido a:
- Anuncios proteccionistas de Estados Unidos.
- Falta de certeza jurídica en México, agravada por la pérdida de autonomía del poder judicial.
- Deterioro del estado de derecho, que eleva las primas de riesgo para inversionistas extranjeros.
A pesar de estos factores, la depreciación del peso podría amortiguar parcialmente la caída de las exportaciones mexicanas.
Déficit público: Una bomba de tiempo
El déficit público tradicional alcanzará el 4.1% del PIB, mientras que el ampliado será del 5%, alejándose de las metas oficiales. Esto se debe a:
- La carga de los programas sociales y proyectos prioritarios como el Tren Maya y AIFA.
- Menores ingresos tributarios por la desaceleración económica.
- Reducción en los ingresos petroleros debido a una plataforma de exportación más limitada.
Una reforma fiscal será inevitable en 2026, pero podría generar incertidumbre adicional y afectar la calificación crediticia de México.
Perspectivas globales: Estados Unidos lidera el camino
En contraste con México, el PIB de Estados Unidos crecerá un 2.6%, impulsado por:
- Reducción de impuestos a las empresas.
- Políticas proteccionistas que incentivan la producción interna.
- Inversiones en sectores innovadores, como la inteligencia artificial.
La política monetaria estadounidense también será determinante, con una tasa de fondos federales promedio de 3.75% durante el año.
Reflexión: Oportunidades en tiempos de crisis
Aunque las perspectivas económicas de 2025 son desalentadoras, también representan una oportunidad para realizar ajustes estructurales y fortalecer las bases de la economía. Es importante recordar que los ciclos económicos y políticos son temporales, y cada crisis trae consigo la posibilidad de implementar cambios significativos.
Como sociedad, enfrentar estos desafíos requerirá resiliencia, creatividad y una visión a largo plazo que trascienda las incertidumbres inmediatas.
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