(Desde Washington, Estados Unidos) La Casa Blanca se convirtió hoy en el epicentro de una tensión diplomática global. Donald Trump recibió a Volodimir Zelensky para discutir la propuesta de paz que Vladimir Putin planteó en la reciente Cumbre de Alaska.
El escenario no podría ser más complejo: mientras Trump avala que Ucrania entregue parte de su territorio a Rusia, Zelensky llega acompañado por líderes europeos que rechazan cualquier cesión territorial.
Putin presiona por anexiones en Ucrania
Putin puso sus condiciones claras: Ucrania debería ceder Donetsk y Luhansk para firmar la paz, además de reconocer la anexión previa de Crimea y renunciar a entrar en la OTAN. Para Moscú, es la única forma de poner fin al conflicto que ha desangrado a la región durante más de dos años.
Trump, lejos de rechazar estas exigencias, las validó en público. En su red social escribió:
“El presidente Zelensky puede poner fin a la guerra casi de inmediato si quiere. Crimea nunca volverá y Ucrania no entrará en la OTAN”.
Zelensky y Europa dicen no a ceder soberanía
Zelensky, respaldado por Emmanuel Macron, Giorgia Meloni, Keir Starmer, Friedrich Merz, Ursula von der Leyen y Mark Rutte, defiende otra posición: cese inmediato del fuego, rechazo a ceder regiones y repliegue de Rusia.
Para Ucrania y Europa, aceptar las condiciones de Putin sería un precedente devastador: abriría la puerta a futuras invasiones y pondría en duda la solidez de la OTAN como garante de seguridad internacional.
Una cumbre con posiciones antagónicas
La jornada en Washington se perfila como un pulso político. Trump busca mantener su relación estratégica con Putin sin perder liderazgo internacional, mientras Zelensky intenta regresar a Kyiv con la certeza de que no entregó la soberanía de su país.
Los europeos, por su parte, llegan con cautela: saben que si Trump impone el acuerdo con Moscú, podrían regresar a casa con una derrota diplomática que debilitaría la unidad del continente frente al Kremlin.
Un tablero de ajedrez global
Este encuentro no es solo sobre Ucrania. Es sobre el futuro del orden mundial. Estados Unidos dividido entre su alianza histórica con Europa y los intereses de Trump frente a Rusia. Europa decidida a frenar las ambiciones imperiales de Putin.
La cumbre de hoy puede marcar un punto de inflexión: o se consolida un armisticio con concesiones territoriales, o se refuerza la defensa de Ucrania con más tropas y recursos europeos. En cualquier caso, la paz parece aún lejana.


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