El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo este domingo una conversación telefónica con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en la que abordaron la nueva ofensiva militar que busca tomar la ciudad de Gaza y los campamentos de desplazados en la costa central, considerados los últimos bastiones del grupo terrorista Hamas en la Franja.
De acuerdo con un comunicado de la oficina del primer ministro israelí, ambos discutieron los planes para liberar a los rehenes y derrotar a Hamas, con el objetivo de poner fin a la guerra. Netanyahu aprovechó para agradecer a Trump su respaldo incondicional desde el inicio del conflicto.
Apoyo político y estrategia militar
Trump ha evitado calificar de “genocidio” las operaciones israelíes en Gaza y ha dejado en manos de Netanyahu las decisiones estratégicas. Según el mandatario estadounidense, su prioridad es garantizar la entrega de ayuda humanitaria, principalmente alimentos, a través de la Fundación Humanitaria para Gaza.
Netanyahu, por su parte, reiteró que Israel no busca ocupar la Franja, sino establecer una administración civil desvinculada de Hamas y de la Autoridad Palestina. Durante una conferencia de prensa en Jerusalén, el premier aseguró que el Ejército ya controla entre el 70 % y el 75 % del territorio, pero que aún persisten dos núcleos de resistencia en Gaza.
“Nuestro objetivo no es ocupar Gaza. Nuestro objetivo es liberarla de los terroristas de Hamas”, declaró Netanyahu.
El plan “día después” de Hamas
El plan aprobado por el Gabinete de Seguridad israelí contempla la ocupación de la Ciudad de Gaza y los campamentos centrales. La estrategia busca desmilitarizar el enclave y garantizar un control absoluto de la seguridad por parte de Israel, además de establecer una zona de seguridad en la frontera para prevenir futuras incursiones.
Netanyahu descartó que la Autoridad Palestina administre Gaza tras el conflicto, argumentando que esta entidad promueve acciones contra Israel.
Rechazo internacional y advertencias humanitarias
La decisión de Israel ha provocado un llamado urgente de cinco países europeos —Reino Unido, Francia, Dinamarca, Grecia y Eslovenia— para que el gobierno israelí revierta sus planes. En un pronunciamiento conjunto, advirtieron que la expansión militar podría violar el derecho internacional y agravar la crisis humanitaria.
Samuel Zbogar, representante de Eslovenia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, afirmó que cualquier intento de anexión o expansión de la ocupación “viola el derecho internacional humanitario”.
Las potencias europeas también alertaron que la ofensiva podría poner en mayor riesgo a los rehenes israelíes, incrementar las muertes y provocar un desplazamiento masivo de civiles palestinos.
Un conflicto en punto crítico
El anuncio del plan militar llega en un momento de tensión máxima en la región, con críticas de la comunidad internacional y preocupación por el destino de la población civil.
Mientras Netanyahu defiende la ofensiva como un paso necesario para garantizar la seguridad de Israel, sus detractores advierten que podría derivar en una catástrofe humanitaria aún mayor en Gaza.


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