El ambiente político internacional volvió a encenderse tras el anuncio del Premio Nobel de la Paz 2025, otorgado a la opositora venezolana María Corina Machado, un reconocimiento que desató la crítica inmediata de la Casa Blanca, convencida de que el galardón debió recaer en el expresidente Donald Trump.
Desde Washington, el portavoz Steven Cheung afirmó que el Comité Noruego “antepuso la política a la paz”, señalando que Trump “ha hecho más por la estabilidad mundial que cualquier otro líder en décadas”.
“Trump ha salvado vidas”, asegura la Casa Blanca
Cheung fue más allá en su declaración a través de la red social X (antes Twitter):
“El presidente Trump seguirá haciendo acuerdos de paz, terminando guerras y salvando vidas. Tiene el corazón de un humanitario y nunca habrá nadie como él que pueda mover montañas con la pura fuerza de su voluntad.”
La afirmación buscó reforzar la narrativa de Trump como mediador internacional, destacando su papel en acuerdos de alto el fuego y su más reciente anuncio sobre Gaza, donde dijo haber negociado un pacto de liberación de rehenes y un cese temporal de hostilidades.
El Nobel elige a Machado y no a Trump
Mientras tanto, el Comité Noruego del Nobel justificó su decisión al destacar la valentía de Machado y de “los defensores de la libertad que se enfrentan al autoritarismo en Venezuela”.
El anuncio fue celebrado por diversos sectores democráticos en América Latina, pero generó descontento en círculos conservadores estadounidenses, donde se percibe como un nuevo desaire hacia Trump por parte de las instituciones internacionales.
El expresidente, conocido por su estilo combativo, no ha comentado directamente la decisión, aunque publicó tres videos en su plataforma Truth Social, donde sus seguidores celebraban su papel en el acuerdo de Gaza y lo calificaban como “el verdadero pacificador del siglo XXI”.
Trump y su obsesión con el Nobel
Esta no es la primera vez que Donald Trump expresa su frustración por no recibir el Premio Nobel de la Paz.
En múltiples ocasiones ha recordado que “puso fin a ocho guerras” durante su mandato y que “ningún otro presidente estadounidense ha hecho tanto por la paz”.
En declaraciones recientes, dijo con ironía:
“¿Me darán el Premio Nobel? Por supuesto que no. Se lo darán a alguien que no ha hecho nada.”
Sus palabras reflejan un sentimiento de injusticia personal y política, ya que considera que su papel como negociador internacional —especialmente en Medio Oriente y Corea del Norte— fue minimizado por la comunidad global.
Un premio que refleja tensiones políticas
El caso reabre el debate sobre la politización del Premio Nobel de la Paz, una discusión que ha acompañado al galardón durante décadas. Mientras unos lo consideran un símbolo moral de resistencia y derechos humanos, otros —como la Casa Blanca— lo ven como una herramienta que refleja alineamientos ideológicos.
Analistas internacionales señalan que el reclamo estadounidense busca reforzar la imagen de Trump como un líder “fuerte, incomprendido y marginado por las élites globales”, justo cuando su figura vuelve a dominar la conversación política en EE.UU.


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