En medio de una intensa presión ciudadana y política, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, y el director de Pemex, Víctor Rodríguez, sostuvieron una reunión clave donde acordaron implementar medidas urgentes para reducir las emisiones contaminantes de la refinería de Cadereyta, un foco rojo para la calidad del aire en Monterrey.
La refinería de Pemex en Cadereyta, señalada durante años como una de las principales fuentes de contaminación del aire en la zona metropolitana de Monterrey, será objeto de una intervención. Tras meses de creciente presión por parte de ciudadanos, activistas y el propio gobierno estatal, se ha alcanzado un acuerdo político para mitigar su impacto ambiental.
El gobernador de Nuevo León, Samuel García, se reunió con Víctor Rodríguez, director general de Petróleos Mexicanos, en un encuentro que ha sido calificado como un paso crucial para atender una de las demandas más sentidas por la población regiomontana: el derecho a respirar un aire más limpio.
El Acuerdo: Filtros y Desulfuradoras
El núcleo del acuerdo se centra en la modernización de la planta para reducir sus emisiones, particularmente de azufre, un contaminante altamente nocivo para la salud y el medio ambiente. Los compromisos específicos anunciados incluyen :
* Instalación de nuevos filtros en las chimeneas y equipos de la refinería.
* Trabajos en las plantas desulfuradoras para mejorar su eficiencia y garantizar que el combustible procesado cumpla con las normativas ambientales.
* Producción de gasolina de mayor calidad y con menor contenido de azufre.
«Refinería sin azufre y gasolina de calidad: Pemex y Samuel García sellan acuerdo por Nuevo León», titularon algunos medios tras el encuentro, reflejando el optimismo generado por el anuncio.
Una Respuesta a la Presión Ciudadana y Política
Este acuerdo no surge en el vacío. Es el resultado directo de una intensa y sostenida presión social y política. En los últimos años, las quejas por la mala calidad del aire en Monterrey se han multiplicado, y la refinería de Cadereyta ha estado constantemente en el ojo del huracán.
* Denuncias Ciudadanas: Organizaciones civiles y ciudadanos han documentado y denunciado repetidamente los episodios de contaminación visible, con enormes nubes de humo amarillo y negro emanando de la planta.
* Acciones Legales y Políticas: El gobierno de Nuevo León, liderado por Samuel García, llegó a amenazar con la clausura de la refinería si Pemex no tomaba medidas. Además, el caso escaló a nivel internacional cuando un ciudadano mexicano presentó una queja formal bajo el T-MEC ante la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), argumentando que México no estaba aplicando sus propias leyes ambientales en Cadereyta.
«La contaminación del aire de la refinería ha empeorado en los últimos 5 años a pesar de los llamados de los residentes y del estado de Nuevo León a las autoridades federales para que tomen medidas para mejorar la calidad del aire», se lee en la queja presentada ante la CCA.
Una Tregua Política, una Solución por Probarse
Si bien el acuerdo es un avance significativo y una victoria para la presión pública, muchos lo ven como una tregua política más que como una solución definitiva. El conflicto de fondo entre las prioridades energéticas del gobierno federal, propietario de Pemex, y las preocupaciones de salud pública del gobierno y la población de Nuevo León, sigue latente.
La efectividad de las medidas anunciadas y el cronograma para su implementación serán cruciales para determinar si este pacto se traduce en una mejora real y medible en la calidad del aire de Monterrey, o si se queda en una promesa para calmar el descontento social. La ciudadanía, sin duda, se mantendrá vigilante.


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