En una industria como la del cine, las decisiones creativas pueden ser tan impactantes como los propios guiones. Jenna Ortega, la joven estrella que conquistó al mundo como Merlina, decidió dar un giro crucial en su carrera al abandonar Scream 7, una de las franquicias más icónicas del cine de terror. Y no, no fue por dinero ni por conflictos de agenda.
En una reciente entrevista, Ortega habló con franqueza sobre los verdaderos motivos detrás de su salida. Lo que muchos pensaban que era un simple desacuerdo contractual, en realidad estaba marcado por algo mucho más profundo: una lealtad al equipo que la acompañó en sus primeros pasos dentro del universo Scream.
La salida de Melissa Barrera cambió el rumbo
La chispa que encendió el conflicto fue la expulsión de Melissa Barrera de la producción. La actriz, cercana a Ortega, había compartido en redes sociales su postura sobre el conflicto Israel-Palestina, expresando su apoyo a la causa palestina. Sus comentarios desataron controversia y provocaron su salida inmediata del proyecto.
Para Ortega, la salida de Barrera fue un golpe. Ambas habían construido una amistad genuina durante los rodajes.
“Si Scream 7 no iba a ser con ese equipo de directores y esa gente de la que me enamoré, entonces no me pareció el movimiento correcto”, confesó Jenna.
También se fue el alma creativa: los directores originales
La salida de los directores Tyler Gillett y Matt Bettinelli-Olpin, quienes habían estado detrás del éxito de Scream 5 y 6, fue el segundo gran detonante. Para Ortega, trabajar con ellos fue una experiencia creativa única, y sin ellos, el proyecto perdía su esencia.
“No era el mismo proyecto sin ellos. Yo me uní por ellos, por la visión que compartíamos. Todo se sentía diferente sin ese corazón”, comentó la actriz.
El deseo de crear cosas nuevas, no repetir fórmulas
Más allá de la lealtad, Ortega también reveló que está en una etapa de su carrera donde busca apostar por ideas originales y apoyar nuevos talentos. Así lo demuestra su participación en películas como Death of a Unicorn o Hurry Up Tomorrow, proyectos que se alejan de lo comercial y exploran narrativas más frescas.
Esta elección no es casualidad. Su experiencia como productora en Merlina le abrió nuevas posibilidades creativas. Pudo opinar sobre guiones, casting y decisiones artísticas, lo que la hizo sentir más empoderada como artista.
“Como productora pude hablar con más libertad. Eso cambió mi perspectiva sobre el tipo de historias que quiero contar”, expresó.
Jenna Ortega: una carrera guiada por principios
La decisión de abandonar Scream 7 no fue fácil, pero sí coherente. Jenna Ortega no solo se está consolidando como actriz, sino como una voz que apuesta por la libertad creativa, la lealtad profesional y la integridad artística. Su salida del proyecto es un reflejo de su compromiso con algo más grande que una franquicia: su visión personal del arte.
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