La noche del 4 de agosto marcó el regreso de Sofía Rivera Torres a las pantallas mexicanas en uno de los espacios que más ha polarizado a la audiencia: La Casa de los Famosos México. Acompañada de su esposo, el también conductor Eduardo Videgaray, la presentadora participó como panelista en la gala del popular reality, misma donde aportó su visión crítica sobre los habitantes actuales.
Sin embargo, su aparición no pasó desapercibida y no precisamente por sus opiniones. Usuarios en redes sociales se volcaron con comentarios sobre el cambio en su apariencia física, centrando su atención en el aumento de peso de la conductora.
Las redes no perdonan, pero ella tampoco calla
Apenas se difundieron las primeras imágenes del evento, las plataformas digitales se llenaron de juicios y comparaciones. Para muchos, el cambio físico de Sofía Rivera Torres fue motivo de especulación y hasta burla.
Algunos recordaron la controversia que protagonizó meses atrás cuando fue señalada por emitir comentarios sobre la apariencia de Lucerito Mijares. Esto encendió el debate sobre los límites de la crítica en redes sociales y la doble moral que permea en temas de imagen y cuerpo.
“No se vale que critiquen a Sofía por su peso aunque ella se haya burlado de Lucerito. No son la patrulla vengadora”, publicó un usuario en X (antes Twitter).
Maternidad y cuerpo: una decisión personal
Pero lejos de esquivar los comentarios, la también actriz fue directa. A través de su cuenta de Instagram, Rivera Torres habló con honestidad sobre el proceso que vive tras convertirse en madre.
“No estoy ni cerca del peso que tenía antes del embarazo. Mis doctores me explicaron que por el tema hormonal, ‘vas a estar súper hinchada todo el tiempo que tú decidas dar lactancia’”, compartió.
La conductora también reveló que, aunque se le ofreció un tratamiento para recuperar su figura previo al cumplimiento de los tres meses de lactancia, eligió seguir alimentando a su hijo.
“Obviamente quiero volver a estar flaca… que me vuelva a quedar toda mi ropa, pero si la decisión es elegir estar como estaba antes o seguir alimentando a mi hijo, voy a elegir a mi hijo siempre”, concluyó con firmeza.
Entre la presión estética y la sororidad digital
El caso de Sofía Rivera Torres no es aislado. Su experiencia abre una conversación sobre la presión estética que enfrentan las figuras públicas, especialmente las mujeres, después de un embarazo.
En tiempos donde la imagen sigue siendo una moneda de cambio en redes sociales, su respuesta se convierte en un llamado a la empatía, pero también en una reflexión sobre nuestras propias exigencias como audiencia.
A pesar de las críticas, su mensaje ha sido aplaudido por decenas de seguidoras que se sintieron identificadas con su proceso y su postura de priorizar la maternidad sobre los estándares sociales.


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