A mediados de los 90, el cine de terror slasher estaba estancado. Entonces, una llamada telefónica lo cambió todo. ‘Scream’ (1996) no solo creó un nuevo ícono del horror con Ghostface, sino que revitalizó un género moribundo al celebrar y parodiar sus propias reglas.
A mediados de la década de 1990, los grandes asesinos del cine de terror parecían haber perdido el filo. Franquicias como Halloween, Viernes 13 y Pesadilla en la Calle Elm se habían vuelto predecibles, ahogadas en secuelas que repetían la misma fórmula hasta el agotamiento. El género slasher necesitaba desesperadamente un nuevo aire. Y lo encontró en 1996 con ‘Scream’.
Dirigida por el maestro del terror Wes Craven y escrita por un entonces desconocido Kevin Williamson, ‘Scream’ fue mucho más que otra película sobre un asesino enmascarado persiguiendo adolescentes. Fue una deconstrucción ingeniosa, una carta de amor y una parodia mordaz del mismo género que pretendía honrar. Su impacto fue tan profundo que no solo salvó al slasher, sino que definió el terror para una nueva generación..
La Revolución de la Autoconciencia
El golpe de genio de ‘Scream’ fue introducir personajes que eran conscientes de las películas de terror. Sabían que no debían decir «vuelvo enseguida», que no debían tener relaciones sexuales si querían sobrevivir y que el asesino siempre regresa para un último susto. Esta metanarrativa, encarnada en el personaje de Randy Meeks, el nerd del cine, convirtió al público en cómplice del juego..
Las Reglas del Terror según Randy Meeks:
- Nunca podrás tener sexo.
- Nunca podrás beber o consumir drogas.
- Nunca, bajo ninguna circunstancia, digas «vuelvo enseguida».
Esta autoconciencia no era solo un guiño para los fanáticos; era el motor de la trama. Ghostface no era un monstruo sobrenatural, sino un asesino que utilizaba los clichés del género para aterrorizar a sus víctimas, preguntándoles por teléfono: «¿Cuál es tu película de terror favorita?». Este enfoque permitió que la película fuera aterradora e hilarante al mismo tiempo, una hazaña que pocas habían logrado.
La ‘Final Girl’ Reinventada
‘Scream’ también redefinió el arquetipo de la «final girl». Sidney Prescott, interpretada por Neve Campbell, no era la típica víctima virginal e indefensa. Era una joven lidiando con un trauma profundo —el asesinato de su madre un año antes— que evolucionaba de sobreviviente reacia a luchadora feroz.
Sidney desafiaba las reglas. En un giro subversivo, tiene relaciones sexuales con su novio, Billy (quien resulta ser uno de los asesinos), y aun así sobrevive para enfrentarse a sus atacantes. Esto rompió con el código moral implícito en los slashers de los 80, donde la sexualidad femenina era castigada con la muerte.
«La primera película, dirigida por Wes Craven y escrita por Kevin Williamson, es el punto de partida obligatorio. ‘Scream’ (1996) revitalizó el género slasher al mezclar el horror clásico con la metanarratividad que lo convirtió en un fenómeno cultural.».
Un Fenómeno Cultural y su Legado Duradero
‘Scream’ fue un éxito de taquilla masivo, recaudando más de 173 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto modesto. Su éxito desencadenó un renacimiento del slasher a finales de los 90, abriendo la puerta a películas como I Know What You Did Last Summer (1997) y Urban Legend (1998), que también jugaban con el suspense y elencos de jóvenes estrellas de la televisión..
El impacto de ‘Scream’ perdura hasta hoy:
- La Franquicia: La película generó una saga que ha sabido reinventarse, con secuelas que critican las secuelas (Scream 2), las trilogías (Scream 3) y los reboots (Scream 4 y las entregas más recientes), manteniendo siempre su espíritu meta..
- Parodias: Su influencia fue tan grande que inspiró su propia ola de parodias, siendo Scary Movie (2000) la más famosa, consolidando su estatus en la cultura pop..
- Relevancia Continua: Las entregas más recientes de la saga (Scream de 2022 y Scream VI de 2023) han demostrado que la fórmula sigue siendo relevante, conectando con una nueva generación de fans al explorar temas como el «fandom tóxico» y el legado del trauma..
‘Scream’ no solo nos dio a Ghostface, uno de los asesinos más reconocibles del cine. Nos enseñó que el terror podía ser inteligente, divertido y reflexivo. Se burló de las reglas del juego y, al hacerlo, creó un manual de supervivencia completamente nuevo que sigue fascinando y aterrorizando a las audiencias décadas después.
TE PODRÍA INTERESAR