Hoy, Pedro Pascal es uno de los actores más queridos y cotizados de Hollywood, gracias a su participación en éxitos como The Last of Us y su incorporación al universo Marvel con Los Cuatro Fantásticos. Sin embargo, detrás de su fama se esconde una historia de sacrificio, dudas y una confesión que pocos esperaban: estuvo a punto de abandonar la actuación y convertirse en enfermero.
En una entrevista reciente con Vanity Fair, el chileno recordó que durante su juventud vivió años de incertidumbre, con trabajos menores en televisión y crisis personales que lo llevaron a replantearse su futuro.
“Después de los 29, sin carrera, significaba que estaba acabado. Constantemente me preguntaba si debía dejarlo todo”, reveló Pascal.
Un camino lleno de obstáculos
Antes de conquistar Hollywood, Pedro Pascal acumuló rechazos y pequeños papeles. Uno de los más recordados fue su breve aparición en Buffy, la cazavampiros, cuyo pago lo ayudó a sobrevivir en un momento crítico: solo tenía siete dólares en su cuenta bancaria.
Además, en esos años había perdido a su madre en circunstancias trágicas, un golpe emocional que lo marcó profundamente. En medio de la desesperación, pensó en alternativas como dar clases de teatro o estudiar enfermería.
Con humor, recordó esa idea: “Probablemente me enamoraría de algunos pacientes, así que quizás no era el mejor plan”. La opción, sin embargo, tenía raíces familiares, ya que su padre es médico especialista en reproducción y su madre fue psicóloga infantil.
El apoyo de su familia y amigos
Su hermana mayor, Javiera Balmaceda, ejecutiva en Amazon Studios, fue una de sus mayores motivaciones. “Cuando Pedro decía ‘voy a estudiar enfermería’ o ‘seré profesor de teatro’, le respondíamos: ‘¡No, eres demasiado bueno, no te rindas!’”, relató en la misma entrevista.
Otra figura clave en su camino fue su amiga inseparable, la actriz Sarah Paulson, a quien conoció en la Escuela de Artes Tisch en Nueva York en 1993. Paulson lo ayudó en más de una ocasión, incluso dándole dinero de sus propios viáticos para que pudiera mantenerse mientras buscaba un papel importante.
“Solo quieres que triunfe. Y eso, para mí, es señal de una gran estrella de cine”, destacó Paulson sobre su amigo.
Un hombre que se reinventó con la edad
Hoy, a sus 50 años, Pascal asegura que su relación con la fama cambió por completo. “A los 40 me sentí adulto y empoderado. Con 50 me siento mucho más vulnerable. ¡Qué locura que un hombre de 50 tenga toda esta atención!”, confesó entre risas en una charla con Esquire.
De aquel joven inseguro y lleno de dudas queda un recuerdo. Su tenacidad, el apoyo de sus seres queridos y la certeza de que nunca debía rendirse lo convirtieron en la estrella que es hoy.
Pedro Pascal pudo haber seguido otro camino, pero eligió la actuación y conquistó el mundo. Su historia recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, las pasiones auténticas encuentran la manera de abrirse paso.
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