Pam Hogg, diseñadora escocesa reconocida por su estética futurista, irreverente y profundamente ligada al rock, murió a los 66 años, según confirmó su familia el 26 de noviembre de 2025. La creadora falleció “pacíficamente” en un hospicio de Hackney, Londres, rodeada de amigos y familiares, tras enfrentar una larga enfermedad.
Pam Hogg conquistó la cultura pop
Pam Hogg se convirtió en un nombre imprescindible desde los años 80 gracias a sus catsuits icónicos, piezas que celebridades como Rihanna, Lady Gaga, Kate Moss, Debbie Harry y Björk llevaron en alfombras rojas, conciertos y videoclips. Su visión estética mezclaba rebeldía punk, futurismo y una artesanía minuciosa que se convirtió en sello distintivo.
Su negativa a someterse a las reglas de la moda tradicional la consolidó como una diseñadora de culto. En 1991, Terry Wogan la describió como “una de las creadoras más originales, ingeniosas y creativas de Gran Bretaña”.
¿Quién era Pam Hogg?
Nacida en Paisley, Escocia, Pam Hogg estudió Bellas Artes y Textiles Impresos en la Escuela de Arte de Glasgow, donde acumuló premios como la Medalla Newbury y la Beca de la Royal Society of Arts. Más tarde obtuvo una maestría en el Royal College of Art de Londres, iniciando así un camino que marcó a generaciones de diseñadores.
Su primera colección, lanzada en 1981, la posicionó de inmediato como una fuerza creativa emergente en Londres. Vendió en tiendas como Hyper Hyper y abrió su propio local en el West End, siempre defendiendo su independencia creativa.
Colecciones como “Jungla Psicodélica”, “Reina Guerrera”, “Y Dios creó a la Mujer” o “Mujeres Salvajes del Oeste” reflejaban su fascinación por la experimentación y lo escénico. En 1990, su exposición individual en las Galerías Kelvingrove marcó un hito: fue la primera muestra de moda que albergó el recinto.

Su creatividad no se limitó a las pasarelas. Pam Hogg incursionó en la música desde los años 70 con bandas como Rubbish, que abrió conciertos de The Pogues. Más tarde formó parte del proyecto de acid house The Garden of Eden, y en los 90 colaboró con figuras como Debbie Harry y The Raincoats.
En 2003, creó Hoggdoll, banda con la que desarrolló un sonido rockabilly oscuro que le ganó seguidores underground. Su tema “Honeyland” formó parte del compilado Girlmonster de 2006.
Aunque alternó periodos entre la música, el cine y el diseño, su regreso a la moda en 1999 la reconectó con una industria que comenzaba a redescubrirla. Su estética volvió con fuerza en los 2000 cuando Kylie Minogue, Siouxsie Sioux y, más tarde, Lady Gaga y Rihanna apostaron por sus piezas extravagantes, ajustadas y metálicas.

Tiendas como Browns impulsaron sus colecciones couture, y sus escaparates se convirtieron en referencia durante Halloween. Para 2011, celebridades como Kate Moss y Naomi Campbell ya formaban parte de su selecta clientela.
La obra de Pam Hogg, siempre ligada a la autenticidad y la libertad creativa, dejó una huella que trascendió generaciones. Sus piezas, adoradas por estrellas globales y por la escena underground, redefinieron los límites entre moda, música y arte.
La primera colección de Pam Hogg fue lanzada en 1981, con la cual se posicionó de inmediato como una fuerza creativa emergente en Londres y su influencia continúa viva en diseñadores que vieron en ella un modelo de valentía creativa.


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