El horror en Milán: una modelo asesinada por su expareja
Eran las 10 de la noche del 14 de octubre cuando los gritos desgarradores de una joven rompieron el silencio del barrio Gorla, en Milán. Pamela Genini, una modelo italiana de 29 años, pedía auxilio desde el balcón de su departamento. Minutos después, su voz se apagó. Su cuerpo, cubierto de heridas, yacía sin vida tras recibir 24 puñaladas. El atacante: su expareja, Gianluca Soncin, un hombre de 52 años con quien había terminado una relación marcada por los celos, el control y la violencia.
Los vecinos, alertados por los gritos, llamaron a la policía mientras trataban de llegar al balcón desde donde provenía el sonido. Sin embargo, el horror ya se había consumado. Pamela había sido brutalmente atacada y no resistió la ferocidad del asalto.
Un ataque premeditado que paralizó a Italia
De acuerdo con los reportes de Il Fatto Quotidiano e Il Giorno, Gianluca Soncin irrumpió en el departamento de Pamela utilizando una llave copiada semanas atrás. Entró sin ser visto, esperó el momento oportuno y, cuando ella hablaba por teléfono, la sorprendió. La discusión fue breve, violenta y mortal.
Los investigadores creen que Soncin planeó el ataque con anticipación. La llave duplicada y los mensajes amenazantes encontrados en el teléfono de la víctima confirman una historia de acoso que había escalado con el paso del tiempo. Pamela ya había intentado poner distancia, pero su agresor no lo aceptó.
En un intento desesperado por escapar, la modelo corrió hacia el balcón. Allí fue alcanzada y apuñalada repetidamente en el cuello, el pecho, la espalda y los brazos. Los servicios de emergencia llegaron minutos después, pero nada pudieron hacer.
La escena del crimen y el intento fallido de suicidio
Cuando la policía ingresó al departamento, encontró una escena devastadora. Pamela estaba tendida en el suelo, cubierta de sangre, y Soncin, su atacante, intentaba quitarse la vida apuñalándose el cuello. Las heridas no fueron mortales y el hombre fue trasladado al hospital Niguarda bajo custodia policial.
Los forenses contaron 24 heridas profundas infligidas con una fuerza brutal. La fiscal de Milán, Alessia Menegazzo, calificó el crimen como un acto de “extrema violencia y premeditación”.
El análisis preliminar de la escena mostró que Soncin había estado merodeando el edificio días antes del asesinato, lo que refuerza la teoría de que actuó con plena intención.
Pamela Genini: una vida interrumpida por la violencia
Pamela Genini era una modelo reconocida en su entorno profesional. Había trabajado con marcas locales y aspiraba a desarrollar su carrera en la moda internacional. Quienes la conocían la describen como alegre, trabajadora y soñadora.
Sus amigos relataron que, en los últimos meses, había manifestado miedo por el comportamiento de su expareja. La diferencia de edad, el control emocional y los episodios de celos constantes fueron señales de alarma que, lamentablemente, no bastaron para evitar la tragedia.
La joven había decidido poner fin a la relación, pero Soncin no lo aceptó. La historia de Pamela, como la de muchas mujeres, revela los vacíos que aún persisten en la protección contra la violencia de género.
La investigación y las acusaciones contra Gianluca Soncin
Gianluca Soncin permanece internado bajo vigilancia policial en el hospital Niguarda. Su estado es estable y enfrenta cargos formales por homicidio agravado con premeditación y ensañamiento. La fiscalía considera que el crimen fue planeado y ejecutado con un nivel de violencia que excede cualquier impulso momentáneo.
Las pruebas son contundentes: la llave copiada, los mensajes de acoso, los testigos y la autopsia que demuestra la ferocidad del ataque. Aunque Soncin se acogió al derecho de no declarar, las autoridades aseguran que el caso está prácticamente cerrado en cuanto a su responsabilidad.
La fiscal Menegazzo advirtió que se trata de un nuevo ejemplo de feminicidio motivado por el control y la dominación emocional, un patrón que Italia busca erradicar con leyes más estrictas y protocolos de protección.
Italia exige justicia y acciones concretas
El asesinato de Pamela Genini ha generado una ola de indignación en toda Italia. Activistas, periodistas y figuras públicas exigen que se fortalezcan los mecanismos de protección a mujeres que denuncian acoso o violencia doméstica.
El caso se suma a la creciente lista de feminicidios en el país europeo, donde cada año decenas de mujeres son asesinadas por sus parejas o exparejas. Organizaciones civiles han convocado marchas en Milán y Roma bajo el lema “Ni una menos, Pamela somos todas”.
La historia de Pamela se ha convertido en símbolo del reclamo social por un cambio urgente. Una vida joven truncada por la violencia de quien alguna vez dijo amarla.
Una herida abierta que exige respuestas
El femicidio de Pamela Genini no es solo una tragedia personal, sino un recordatorio de las fallas institucionales que todavía persisten. Las señales de alerta estaban ahí: el acoso, las amenazas, la llave copiada. Sin embargo, la protección llegó demasiado tarde.
Hoy, Italia llora a una joven modelo cuya voz fue silenciada, pero cuya historia se ha convertido en un grito colectivo de justicia. Su nombre resuena como un llamado urgente a reforzar la educación, la prevención y la respuesta ante la violencia machista.
Pamela Genini tenía 29 años, sueños por cumplir y una vida por delante. La justicia italiana tiene ahora la tarea de honrar su memoria con hechos, no solo palabras.


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