En el universo de los videojuegos hay promesas que se graban a fuego en la memoria de los fans. Una de ellas la hizo Riot Games en 2019, cuando aseguró que League of Legends tendría presencia más allá del PC. Seis años después, tras ver cómo Valorant aterrizó en consolas y cómo el LoL recibió su mayor revolución jugable con la llegada del control WASD, la pregunta sigue flotando en el aire: ¿por qué todavía no tenemos League of Legends en consolas?
El cambio que agitó la comunidad de LoL
El debate comenzó con una noticia inesperada: Riot decidió implementar el control WASD en su MOBA. Una transformación que cambió la manera en la que los jugadores se mueven por la Grieta del Invocador.
En redes sociales y en el subreddit de League of Legends, la discusión fue intensa. Para algunos, esta innovación mejora el kiteo y la jugabilidad de los ADC; para otros, pone en riesgo la integridad competitiva del LoL. Sin embargo, este giro también reabrió una herida más profunda: la ausencia del juego en consolas.
Valorant sí, pero LoL no
En 2025, Valorant dio el salto a consolas, algo impensado para un shooter diseñado al milímetro para jugar con ratón. Si Riot Games se atrevió a adaptar un título tan dependiente de la precisión, ¿qué impide llevar a League of Legends a consolas?
La respuesta parece compleja. Los MOBAs han demostrado funcionar en otras plataformas: ahí están ejemplos como Smite o Pokémon Unite. La barrera no está en el control, sino en algo más profundo: el motor del juego y las prioridades de Riot.
La promesa rota de Wild Rift
En 2020, el tráiler de Wild Rift anunciaba su llegada a móviles y consolas. Sin embargo, esa segunda parte jamás se cumplió. Un año después, el Productor Ejecutivo reconoció que habían descartado la idea:
“Decidimos priorizar móviles frente al equilibrio entre plataformas. No hemos visto en consolas la popularidad del género MOBA que justifique la inversión”.
El mensaje fue claro: los números no daban. En un mercado asiático dominado por Honor of Kings, la apuesta era concentrar recursos en móviles, no dispersarlos en consolas.
¿Qué detiene a Riot Games hoy?
Aunque ahora el control WASD elimina parte de los obstáculos técnicos, Riot enfrenta un problema mayor: el coste económico. Adaptar el motor de LoL —un código complejo y antiguo— supone un desafío monumental.
La compañía, pese a su éxito con Valorant y otros proyectos, parece medir cada paso con cautela. Invertir en consolas podría no ser rentable frente al gasto de mantenimiento y actualizaciones constantes que requiere un MOBA en vivo.
El futuro: ¿veremos LoL en consolas?
La comunidad no pierde la esperanza. Si algo demostró Riot es que puede sorprender, incluso después de años de silencio. La llegada de WASD es prueba de que escuchan a los jugadores y de que están dispuestos a romper esquemas.
Quizás la promesa rota de 2019 aún pueda cumplirse. Tal vez no mañana, pero en un futuro donde los límites entre plataformas se desdibujen, el sueño de jugar LoL en consolas podría convertirse en realidad.
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