sábado, diciembre 20, 2025

OpenAI enfrenta un billón en acuerdos: su mayor riesgo financiero

En Silicon Valley, donde las grandes ideas nacen entre promesas y deudas, OpenAI acaba de hacer una jugada que podría redefinir —o poner en riesgo— el futuro de la inteligencia artificial. Con acuerdos que superan el billón de dólares, la compañía detrás de ChatGPT busca asegurar su acceso a poder computacional sin precedentes, mientras el mundo financiero observa con escepticismo.

De acuerdo con el Financial Times, OpenAI ha firmado contratos con Nvidia, AMD, Oracle y CoreWeave, comprometiéndose a pagar una suma equivalente a la energía generada por 20 reactores nucleares en infraestructura de cómputo. Una cifra colosal, considerando que sus ingresos actuales rondan los 12.000 millones de dólares anuales.

Una apuesta colosal y un modelo circular

La estrategia de Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, es clara: asegurar el control de los recursos computacionales antes de que lo haga la competencia. Pero los analistas se preguntan si esta expansión puede sostenerse.

“OpenAI no está en posición de hacer ninguno de estos compromisos”, advirtió Gil Luria, analista de DA Davidson. Según sus cálculos, la empresa podría perder hasta 10.000 millones de dólares este año, mientras consume efectivo en chips, centros de datos y talento humano.

Sin embargo, el modelo de financiamiento que OpenAI ha tejido junto a sus socios parece tan innovador como arriesgado. Nvidia invertirá 100.000 millones de dólares en la compañía para que ésta, a su vez, compre sus propios chips. AMD, por su parte, ofreció una cláusula que permitiría a OpenAI adquirir hasta el 10% de sus acciones por apenas un centavo por acción, si cumple ciertas metas.

Una estructura “circular” que podría sostener el crecimiento… o provocar una burbuja financiera en el sector de la IA, según advierten expertos del mercado.

Impacto inmediato en los mercados

El anuncio de estos acuerdos provocó una ola en Wall Street. Las acciones de Oracle subieron 244.000 millones de dólares en valor de mercado, mientras AMD creció un 24% en un solo día. Pero el entusiasmo no está exento de riesgo: los inversionistas temen que el auge de la infraestructura de IA esté inflando artificialmente la economía tecnológica estadounidense.

El reto, coinciden los analistas, no está en el potencial de la inteligencia artificial, sino en la velocidad y el costo con que OpenAI busca dominar el mercado.

El dilema de Sam Altman: crecimiento o estabilidad

Altman se muestra optimista. En recientes declaraciones, afirmó que “alcanzar la rentabilidad no está entre mis diez principales preocupaciones”.

Para él, OpenAI se encuentra en una etapa de inversión masiva, similar a los primeros años de Amazon o Google.

Pero algunos veteranos de Silicon Valley advierten que esta confianza podría volverse un arma de doble filo.

“Es un negocio mucho más intensivo en capital que Google o Microsoft”, señaló un inversionista al Financial Times. “Incluso Bezos y Ellison tuvieron que recortar costos para sobrevivir”.

Mientras tanto, OpenAI busca nuevos inversionistas, refinancia deudas y prepara una nueva ronda de capital que podría alcanzar decenas de miles de millones de dólares. Su futuro dependerá de una ecuación simple pero incierta: ¿la revolución de la IA generará dinero antes de que se acabe el efectivo?

Owen Michell
Owen Michell
Owen Michell es nuestro editor especializado en noticias digitales, con un profundo conocimiento en identificar tendencias y desarrollar contenido de consulta. Su experiencia en el panorama digital le permite brindar información relevante y atractiva para nuestra audiencia. Su pericia en el ámbito de las noticias digitales contribuye a la autoridad y actualidad de nuestro sitio.
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