La Crisis entre Google y OpenAI no es un conflicto más en Silicon Valley: es el mayor choque tecnológico desde el inicio de la inteligencia artificial generativa. Y aunque hace apenas tres años era Google quien entraba en pánico ante el avance explosivo de ChatGPT, ahora el guion se invirtió. Google tiene a OpenAI contra las cuerdas, y Sam Altman se ha visto obligado a presionar el botón rojo.
La escena se siente como el clímax inesperado de una película que hasta hace poco parecía tener final escrito. ChatGPT dominaba el mercado, imponía ritmo a la competencia y marcaba el estándar del futuro digital. Pero 2025 llegó con un giro que nadie vio venir con esta velocidad.
Cómo empezó la Crisis entre Google y OpenAI: el “código rojo” de Altman
El lunes, Sam Altman reunió a su equipo y envió un mensaje interno que filtró inmediatamente a los pasillos de la industria: “Código rojo”.
¿La razón? Gemini 3, el nuevo modelo de Google, superó de manera contundente a los modelos de OpenAI en benchmarks clave y, lo más grave, en percepción pública. La frase más repetida de la semana vino de Marc Benioff, CEO de Salesforce:
“Llevo tres años usando ChatGPT cada día. Tras dos horas con Gemini 3, no vuelvo atrás.”
Ese testimonio dolió, porque no venía de un influencer de tecnología: venía de un gigante que define tendencias corporativas globales.
Pero eso no fue lo único. Gemini superó los 650 millones de usuarios activos mensuales, creciendo 200 millones en solo tres meses. Y aunque ChatGPT aún presume 800 millones de usuarios semanales, Google avanza con una velocidad que desencadenó esta Crisis entre Google y OpenAI.
El factor que decidió la batalla: dinero, infraestructura y escala
La diferencia fundamental no es técnica: es financiera.
Google generó 102,000 millones de dólares en un solo trimestre, la mayoría provenientes de publicidad. Con ese ingreso, puede invertir más de 90 mil millones anuales en infraestructura de IA sin comprometer su estabilidad.
OpenAI, en cambio:
- proyecta 20 mil millones en ingresos este año,
- necesita 200 mil millones para ser rentable en 2030,
- y acumula 1.4 billones de dólares en compromisos de infraestructura.
Es una ecuación imposible.
En medio de la historia, surge el detalle que más inquieta a inversionistas: OpenAI sigue rechazando la publicidad como modelo de monetización. Google dominó internet no solo por tener un gran producto, sino por tener un modelo financiero que alimentaba su crecimiento. OpenAI, en cambio, lleva años evitando esa decisión.
A la mitad de esta guerra, se vuelve evidente que la Crisis entre Google y OpenAI no es solo tecnológica: es una crisis de modelo de negocio.
Cuando la startup se convierte en perseguida: la ironía del 2025
En 2022, Google estaba desconcertada. ChatGPT había redefinido la IA, los usuarios migraban y el gigante parecía lento.
Ahora, en 2025, los roles se invirtieron como si fuera una broma del destino:
- Google tiene Android, Chrome, Search, YouTube, Workspace y ahora modelos de IA superiores.
- Tiene chips propios, infraestructura masiva y tiempo de sobra.
- OpenAI solo tiene usuarios… pero está perdiendo el ritmo técnico.
La pregunta que hoy se hacen en Silicon Valley es inquietante:
¿Puede OpenAI sobrevivir como empresa independiente?
La presión financiera aumenta, los compromisos de infraestructura son insostenibles y Google avanza sin freno. Pulse quedó aplazado. Los agentes de salud y compras, en pausa. La expansión multimodal, congelada.
Queda claro: OpenAI entró en modo supervivencia.
¿Qué está realmente en juego en la Crisis entre Google y OpenAI?
Lo que está en disputa no es un producto, ni un modelo, ni un sistema operativo.
Lo que está en juego es quién controlará el futuro digital del planeta.
Si ChatGPT cae, toda la narrativa de la última década cambia: la startup que cambió el mundo podría ser devorada por el gigante que juró no volver a quedarse atrás.
La Crisis entre Google y OpenAI se convirtió en un punto de inflexión:
- ¿Ganará quien tiene más usuarios?
- ¿O quien tiene más dinero y más infraestructura?
- ¿Sobrevivirá OpenAI a su propia ambición?
- ¿O será esta la historia de cómo Google recuperó su imperio?
Lo único claro es que esta batalla apenas empieza, y su final definirá la tecnología del resto del siglo. Porque, aunque la guerra tecnológica se reinventa cada año, solo uno quedará de pie al final de la Crisis entre Google y OpenAI.


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