Todos los cuerpos con masa generan gravedad, una fuerza que atrae a otros objetos con masa hacia sí. Aunque la Tierra tiene 81.3 veces la masa de la Luna, el satélite natural también ejerce fuerza gravitatoria sobre nuestro planeta.
Esta interacción provoca que el agua de los océanos se desplace, generando las mareas, que son el ascenso y descenso periódico del nivel del mar.
La gravedad de la Luna actúa sobre los océanos creando un efecto de atracción; a la vez, la Tierra atrae a la Luna, lo que mantiene la dinámica de este fenómeno natural.
Órbita lunar y variaciones en las mareas
La órbita de la Luna no es circular, sino elíptica, lo que significa que la distancia entre la Tierra y el satélite cambia constantemente. Esto genera variaciones en los niveles de las mareas:
- Perigeo (Luna más cerca de la Tierra): las mareas aumentan y el agua puede subir hasta 10 metros en las zonas más cercanas al satélite.
- Apogeo (Luna más lejos de la Tierra): la atracción gravitatoria disminuye y los niveles de agua se normalizan.
Gracias a esta interacción entre gravedad y distancia orbital, la Luna influye directamente en el comportamiento de las olas y en los ciclos de las mareas, un fenómeno observado desde hace siglos y estudiado por la ciencia moderna.


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