El cometa 3/I Atlas continúa sorprendiendo a científicos y observatorios espaciales en todo el mundo. Desde su descubrimiento el 1 de julio de 2025 por el Sistema de Alerta de Último Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), este viajero interestelar ha desafiado las expectativas sobre su comportamiento, su composición y su origen.
Su presencia en el Sistema Solar ha abierto nuevas preguntas sobre los fenómenos que ocurren fuera de nuestro vecindario cósmico, convirtiéndose en uno de los objetos más estudiados de la década.
Durante un evento en vivo celebrado el 19 de noviembre, la NASA compartió imágenes actualizadas del cometa y reveló nuevos datos que confirman que el 3/I Atlas no solo mantiene su recorrido interstelar, sino que ha roto un récord de velocidad que nadie anticipaba. Su comportamiento, catalogado como atípico por numerosos astrónomos, sigue desafiando modelos matemáticos y simulaciones creadas para entender trayectorias de objetos provenientes de otras regiones del universo.
La NASA explica que las características del cometa son únicas. Se trata del tercer objeto proveniente de fuera del Sistema Solar identificado por la humanidad, lo que incrementa el interés científico ante cada cambio observado. Al 19 de diciembre de 2025, el 3/I Atlas se ubicaba a una distancia de 270 millones de kilómetros de la Tierra, desplazándose a una velocidad extraordinaria que superó los límites estimados por distintos observatorios.
Su presencia puede observarse antes del amanecer con el uso de telescopios adecuadamente calibrados y permanecerá visible hasta 2026, concluyendo su paso durante la primavera en el hemisferio norte. Respecto a su tamaño, los estudios indican un rango amplio: podría medir tan solo 440 metros de ancho o alcanzar hasta 5.6 kilómetros de diámetro, lo que demuestra la complejidad para realizar cálculos precisos sobre un objeto que no pertenece a nuestro entorno habitual.
La velocidad récord del cometa 3/I Atlas
Uno de los descubrimientos más impactantes ocurrió en octubre, cuando el cometa pasó detrás del Sol y alcanzó una velocidad nunca antes registrada para un objeto de sus características. De acuerdo con las mediciones, el 3/I Atlas superó las estimaciones calculadas bajo las leyes gravitacionales conocidas, sugiriendo que algún fenómeno adicional estaba impulsándolo a través del espacio.
Los registros revelaron que el cometa viajó a 246 mil kilómetros por hora, una cifra que desconcertó a especialistas y motivó nuevas discusiones sobre la fuerza responsable de este incremento. Los astrónomos explicaron que la cercanía con el Sol provocó la sublimación del hielo y otros materiales presentes en el núcleo del objeto. Este proceso, en el que los elementos pasan del estado sólido al gaseoso sin convertirse en líquido, funcionó como una especie de propulsión natural.
El desprendimiento de gas habría generado pequeños chorros que impulsaron de forma adicional al 3/I Atlas, generando un efecto de aceleración que rompe los modelos convencionales. Este tipo de reacciones físicas y químicas son comunes en cometas, pero lo peculiar en este caso es la magnitud de la aceleración resultante, que supera ampliamente lo previsto por los científicos.
Un laboratorio natural para entender fenómenos interestelares
La trayectoria y la aceleración del 3/I Atlas han despertado teorías sobre lo que podría ocurrir conforme se acerque aún más al Sol. Investigadores ya anticipan que la sublimación se intensificará, aumentando no solo su velocidad sino también su brillo, lo que permitirá estudiarlo con mayor claridad. Estas condiciones convertirán al cometa en un laboratorio natural para analizar procesos que normalmente son difíciles de observar en objetos que vienen de regiones lejanas del cosmos.
Mientras los estudios avanzan, la comunidad científica se mantiene atenta a cada variación en su actividad. Sus características no solo generan fascinación por tratarse de un viajero interestelar, sino porque brinda una oportunidad única para comprender mejor cómo se comportan los objetos que viajan entre sistemas planetarios.
Con cada registro, el 3/I Atlas redefine las expectativas y deja abierta la posibilidad de descubrimientos que podrían cambiar la comprensión actual del espacio profundo.
A lo largo de los próximos meses, los astrónomos continuarán monitoreando su trayectoria, su brillo, las emisiones de gas y cualquier cambio en su estructura. Su recorrido hasta 2026 promete ofrecer más datos sobre su origen y composición, así como sobre los límites de las leyes físicas tal como las conocemos. Para la ciencia, el 3/I Atlas representa una ventana excepcional hacia lo desconocido.


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