Desde que adoptó a “Luna”, su pequeña perrita rescatada, Mariana notó algo extraño: cada vez que salía de casa, la encontraba llorando, mordiendo las puertas y haciendo sus necesidades donde no debía. Pensó que era cuestión de tiempo o de educación, pero los meses pasaban y el problema empeoraba.
Fue entonces cuando escuchó por primera vez el término etólogo clínico y decidió buscar ayuda profesional. Como ella, miles de personas descubren que detrás de un comportamiento complicado de su mascota, hay más que simple terquedad.
¿Qué es un etólogo clínico?
Un etólogo clínico es un veterinario especializado en el comportamiento animal. Su trabajo va más allá del adiestramiento: estudia las causas emocionales, físicas y sociales que influyen en las conductas de los perros y gatos.
No se trata solo de enseñar a “sentarse” o “dar la patita”, sino de identificar por qué una mascota actúa con miedo, agresividad o ansiedad.
Según el Dr. Nicolás Carmona, experto en etología de la Universidad de Buenos Aires, este profesional puede prevenir, diagnosticar y tratar alteraciones del comportamiento en animales de compañía.
¿Cuándo debes consultar a un etólogo?
- Si tu perro reacciona con agresividad sin motivo aparente
- Si tu gato se esconde constantemente o ataca sin previo aviso
- Si notas cambios bruscos en su comportamiento (aislamiento, llanto, miedo)
- Si rompe cosas cuando se queda solo (ansiedad por separación)
- Si presenta comportamientos repetitivos o destructivos
Muchos de estos problemas no se solucionan con adiestramiento. El etólogo identifica si hay causas como traumas, estrés crónico o problemas neurológicos.
¿Cuál es la diferencia entre un adiestrador y un etólogo?
El adiestrador enseña comandos o modifica conductas por repetición. El etólogo busca el origen emocional o fisiológico de la conducta para tratarla de raíz. Ambos pueden trabajar en conjunto, pero es el etólogo quien hace el diagnóstico y diseña el plan terapéutico.
Por ejemplo, si un gato orina fuera de su caja constantemente, el adiestrador podría intentar enseñarle a volver. Pero un etólogo evaluará si hay estrés, marcaje territorial o una dolencia física detrás.
Cómo es el tratamiento con un etólogo
Cada plan es personalizado. Tras una evaluación completa, el etólogo puede:
- Aplicar técnicas de modificación de conducta
- Recomendar cambios en el entorno del animal
- Proponer tratamiento farmacológico si es necesario
- Trabajar en conjunto con educadores caninos o felinos
Además, orienta a las familias sobre cómo actuar, evitando reforzar actitudes negativas sin saberlo.
Beneficios de consultar a tiempo
Actuar rápido puede evitar que los problemas se agraven. Consultar a un etólogo mejora la calidad de vida del animal y fortalece el vínculo con su tutor. También previene el abandono por mal comportamiento, un motivo frecuente en refugios.
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