La Navidad, con su magia y alegría, es una época esperada por todos, especialmente por los niños. Entre villancicos, reuniones familiares y la expectativa de abrir regalos, surge una pregunta clave: ¿cuántos regalos son demasiados?
Según la psicóloga infantil Sara Tarrés, recibir un exceso de regalos puede tener efectos negativos en el bienestar emocional y el desarrollo de los niños. Aunque parezca inofensivo, el materialismo asociado a las fiestas puede generar actitudes consumistas y disminuir la tolerancia a la frustración.
Los niños, ¿realmente disfrutan de tantos juguetes?
Tarrés explica que, al recibir una cantidad desmesurada de juguetes, los niños se sienten abrumados y pierden interés rápidamente. En lugar de fomentar la creatividad, el juego se convierte en un ejercicio de exploración superficial, donde pocos juguetes capturan su atención.
“Lo que realmente necesitan no son montones de regalos, sino tiempo para jugar y experiencias compartidas en familia”, afirma la especialista. Estas vivencias, como paseos al aire libre o actividades familiares, refuerzan los lazos emocionales y enriquecen su desarrollo.
La relación entre los juguetes y la creatividad
La psicóloga subraya que los juguetes más valiosos son aquellos que estimulan la imaginación y permiten crear historias. En cambio, los juguetes que hacen todo por ellos no fomentan la creatividad ni el pensamiento crítico.
La regla de los 4 regalos: un enfoque consciente
Una estrategia práctica para evitar el exceso de regalos es la regla de los 4 regalos, que propone:
- Algo para usar (ropa o accesorios).
- Algo educativo (libros o juegos).
- Algo deseado (un juguete especial).
- Algo necesario (artículos útiles).
Aunque no es una norma rígida, esta regla ayuda a las familias a reflexionar sobre el propósito de cada obsequio y a evitar el consumismo excesivo.
¿Qué regalar en lugar de objetos? Experiencias que enriquecen
Las experiencias son alternativas memorables y valiosas. Actividades como salidas al teatro, días en la naturaleza o juegos en familia generan recuerdos duraderos y fomentan la conexión emocional.
“Involucrar a los niños en la creación de su lista de deseos también es importante”, señala Tarrés. Esto les enseña a priorizar y a valorar lo que realmente necesitan.
Reflexión para una Navidad más consciente
Regalar con propósito es un acto de amor que puede marcar la diferencia en el desarrollo de los niños. Al limitar la cantidad de regalos y priorizar las experiencias compartidas, las familias no solo fomentan valores positivos, sino que también refuerzan los vínculos que hacen de la Navidad un momento verdaderamente especial.
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