El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a sacudir el tablero global. Desde su plataforma Truth Social, anunció un arancel adicional del 100% a todas las importaciones provenientes de China, a partir del 1º de noviembre, además de controles a la exportación de software crítico fabricado en territorio estadounidense.
La medida, que llega tras los recientes límites de Pekín a la exportación de minerales de tierras raras, generó una reacción inmediata: los mercados financieros se desplomaron, el dólar perdió fuerza y el oro superó la barrera histórica de 4 mil dólares por onza.
El origen del conflicto: tecnología, minerales y poder
El anuncio estadounidense es una represalia directa contra las restricciones chinas sobre cinco nuevos elementos esenciales en la producción de semiconductores y baterías. Estos materiales —conocidos como tierras raras— son indispensables para la fabricación de vehículos eléctricos, teléfonos inteligentes, radares militares y motores de aviación.
China domina el 90% del procesamiento global de tierras raras, lo que la convierte en un actor clave de la cadena tecnológica mundial. La decisión de Pekín fue vista en Washington como una maniobra hostil, y Trump no tardó en responder con una escalada sin precedentes.
“¡China se está volviendo muy hostil! Están manteniendo a la economía mundial como rehén”, publicó Trump mientras se dirigía a un chequeo médico en Washington.
Mercados en caída libre
Las reacciones financieras fueron inmediatas.
- Wall Street cerró con su peor jornada desde abril: el Dow Jones cayó 1.88%, el Nasdaq 3.56% y el S&P 500 2.71%.
- Los inversores huyeron hacia bonos del Tesoro, considerados refugio seguro.
- El oro alcanzó niveles récord, mientras el petróleo cayó más del 3%, ubicándose en su punto más bajo en cinco meses.
El caos bursátil refleja el temor a una nueva recesión global, impulsada por la confrontación entre las dos mayores economías del planeta.
Tensiones políticas al borde del colapso
El conflicto amenaza con torpedear el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), donde estaba prevista una reunión entre Trump y Xi Jinping a finales de mes en Corea del Sur. El mandatario estadounidense incluso advirtió que podría cancelar su participación si Pekín no da marcha atrás en sus restricciones.
La situación marca el mayor choque diplomático en cuatro meses entre Washington y Pekín, en un contexto de creciente desconfianza tecnológica y rivalidad por la hegemonía económica global.
El tablero global en jaque
Imagina las bolsas de valores cayendo como fichas de dominó, mientras los teléfonos en Wall Street no dejan de sonar. En Shanghái, los operadores observan pantallas en rojo; en Washington, los asesores de Trump redactan comunicados de emergencia.
El eco de una nueva guerra comercial retumba en los mercados, los hogares y las fábricas. En medio del caos, el mensaje es claro: el equilibrio económico del mundo pende de un hilo llamado China vs. Estados Unidos.


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