La posible imposición de aranceles por parte de Donald Trump a las exportaciones mexicanas a partir del 20 de enero de 2025 podría convertirse en un terremoto económico para México. Sin embargo, en este escenario de incertidumbre, el tipo de cambio emerge como una herramienta clave que podría mitigar algunos de los efectos negativos.
¿Podrá México sortear el embate arancelario? Aquí te explicamos, paso a paso, cómo funcionaría este complejo engranaje económico.
Aranceles de Trump: ¿qué significan para México?
Un arancel es un impuesto que se aplica a productos importados. Si Trump decide imponer un gravamen, el precio de los bienes mexicanos exportados a Estados Unidos aumentaría, reduciendo su competitividad en el mercado.
Dos posibles escenarios:
- Productos insustituibles:
Si el producto mexicano es esencial para las empresas estadounidenses, estas tendrán que seguir comprándolo, pero a un mayor precio, trasladando el costo al consumidor final. Esto podría generar más inflación en Estados Unidos. - Productos sustituibles:
Si el producto puede ser reemplazado por uno similar de otro país, México perdería terreno en el mercado y nuestras exportaciones caerían.
El rol del tipo de cambio en esta ecuación
Un peso más débil frente al dólar podría actuar como un «amortiguador» ante los aranceles, compensando el aumento en los precios.
Un ejemplo práctico con tequila:
Supongamos que una caja de tequila mexicano cuesta 3,000 pesos.
- Con un tipo de cambio de 20 pesos por dólar, el precio es 150 dólares.
- Si se aplica un arancel del 10%, el precio sube a 165 dólares.
Ahora, imaginemos que el tipo de cambio sube a 22 pesos por dólar.
- La caja sigue costando 3,000 pesos, pero ahora equivale a 136.36 dólares.
- Con el arancel, el precio final sería de 150 dólares, lo que mantendría su competitividad en el mercado estadounidense.
¿Qué pasa si el arancel es mayor?
Si Trump implementara un arancel del 25%, el impacto sería devastador. Un tipo de cambio de 25 pesos por dólar podría mitigar parte del daño, pero también podría generar inflación y desequilibrios en las finanzas mexicanas.
¿Un peso fuerte es siempre mejor?
Durante el sexenio de López Obrador, se promovió la idea de que un peso fuerte es un signo de salud económica. Aunque esto beneficia a sectores como el turismo y la importación, un peso fuerte puede perjudicar a las exportaciones, haciéndolas menos competitivas en el extranjero.
Exportaciones e importaciones: el doble filo
México depende en gran medida de la importación de insumos para manufactura. Si el peso se devalúa, el costo de estos insumos aumenta, impactando la competitividad. Sin embargo, para sectores que exportan productos terminados, una moneda más débil puede ser una ventaja.
¿Qué puede hacer el gobierno mexicano?
El tipo de cambio en México está determinado por un régimen de libre flotación, lo que significa que el mercado decide su valor con base en la oferta y la demanda.
Medidas posibles:
- Diversificación de mercados: Reducir la dependencia de Estados Unidos buscando nuevos socios comerciales.
- Fortalecimiento interno: Apoyar a las industrias afectadas con incentivos fiscales o programas de crédito.
- Negociación estratégica: Mantener un diálogo abierto con la administración de Trump para limitar el impacto de los aranceles.
El futuro económico de México: lecciones del pasado
La historia reciente muestra que la economía mexicana puede adaptarse a los cambios en el entorno global, pero no sin costos. El regreso de Trump y su posible política arancelaria representarían un desafío monumental para México, pero no insuperable si se toman las decisiones correctas.
En este entorno, la depreciación del peso podría ser una espada de doble filo: ayudaría a las exportaciones, pero aumentaría los costos de importación y presionaría los precios internos.
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