El peso mexicano sufrió una fuerte depreciación este martes, presionado por un dólar fortalecido y las dudas sobre el rumbo de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
La moneda nacional se cotizaba en 18.65 unidades por dólar, lo que representa una pérdida de 0.87%, uno de sus peores niveles desde inicios de septiembre.
La Reserva Federal divide opiniones y presiona a los mercados
Los responsables de la Reserva Federal mantienen posturas divididas sobre el futuro de las tasas de interés en Estados Unidos. Mientras algunos miembros del banco central consideran que la inflación sigue siendo una amenaza, otros apuntan a señales de enfriamiento económico.
Esta falta de consenso ha llevado a los inversionistas a reducir las expectativas de un nuevo recorte de tasas, lo que ha impulsado la demanda del dólar en los mercados internacionales.
El índice dólar, que mide la fortaleza del billete verde frente a una cesta de divisas, ronda su nivel más alto en tres meses, presionando a monedas emergentes como el peso mexicano, el real brasileño y el peso colombiano.
Expectativa sobre decisiones del Banco de México
En el ámbito local, los analistas esperan que el Banco de México (Banxico) continúe con su política de reducción gradual del costo del crédito.
El mercado anticipa que el banco central podría anunciar un nuevo recorte en la tasa de interés en su próxima reunión, programada para esta semana, y posiblemente otro más antes de finalizar el año, en diciembre.
Sin embargo, algunos especialistas advierten que un relajamiento excesivo de la política monetaria podría incrementar la volatilidad del peso, especialmente si la Fed mantiene su tono restrictivo.
A la incertidumbre en torno a las tasas estadounidenses se suma el cierre parcial del gobierno de Estados Unidos, que ha retrasado la publicación de datos económicos clave, lo que dificulta la lectura del panorama financiero global.
Pese a la caída reciente, el peso mexicano sigue siendo una de las divisas más sólidas entre las economías emergentes, apoyado por los altos flujos de inversión extranjera, las remesas récord y el nearshoring.
No obstante, los analistas coinciden en que la moneda podría seguir mostrando episodios de volatilidad conforme se acerque el cierre del año y aumente la tensión entre las políticas monetarias de México y Estados Unidos.


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