Las pantallas de televisión han reportado diversas quejas durante El Buen Fin de 2025. La mañana arrancó con un aire de prisa en los centros comerciales del país. Desde antes de abrir las cortinas metálicas, varias familias esperaban la oportunidad de aprovechar las grandes ofertas prometidas.
Pantallas al igual que refrigeradores, lavadoras y hornos de microondas se convirtieron en los protagonistas indiscutibles de los primeros dos días. La llamada fiesta comercial se llenó de historias de búsqueda, comparación y decisiones rápidas mientras los pasillos se volvían ríos humanos de entusiasmo y expectativa.
Pero como cada edición, no todo fue celebración. Entre las bolsas, cajas y carritos repletos, comenzaron a asomarse las primeras inconformidades: precios que no coincidían, promociones que no se aplicaban y pantallas que, aunque brillaban en exhibición, terminaban convirtiéndose en un dolor de cabeza para varios consumidores.
Qué compran realmente los mexicanos durante el Buen Fin
Las cifras del sector comercial confirmaron la intuición de muchos: casi un tercio de las compras se concentraron en línea blanca. Refrigeradores de última generación, lavadoras inteligentes y hornos compactos encabezaron la lista de productos más adquiridos. Para miles de familias, este fin de semana largo representa la oportunidad ideal para renovar equipos indispensables del hogar.
Detrás de estos artículos apareció el eterno favorito: la tecnología. Pantallas, dispositivos móviles y productos electrónicos ocuparon el segundo sitio en el ranking nacional. En tercer lugar, la ropa y el calzado mantuvieron su relevancia como compras recurrentes, impulsadas por promociones que prometían descuentos irresistibles.
Sin embargo, el volumen de ventas de estos segmentos también trajo consigo un mayor número de quejas, especialmente en el terreno de los productos digitales y electrónicos, como son las pantallas.
El lado incómodo del Buen Fin: las inconformidades
Mientras miles de compradores salían con productos nuevos bajo el brazo, otros empezaban a reportar problemas. La mayoría de las quejas se relacionaron con precios cambiantes, promociones poco claras o anuncios que no coincidían con el costo final al momento de pagar. Dos terceras partes de las inconformidades surgieron precisamente por estas inconsistencias. Lo anterior sucedió en su mayoría con las pantallas.
La instancia encargada de proteger a los consumidores intervino de inmediato. Para la tarde del segundo día, ya había conciliado decenas de casos, recuperando una cifra significativa a favor de compradores que habían sido afectados. En muchos de estos casos, la solución llegó rápido, pero otros todavía se encontraban en proceso de revisión.
Las pantallas, electrodomésticos y dispositivos móviles fueron los productos con más irregularidades detectadas. No solo encabezaron las ventas, sino también la mitad de las solicitudes de conciliación. La concentración geográfica de las quejas se dio especialmente en la Ciudad de México, Estado de México e Hidalgo, donde el flujo comercial fue más intenso desde el arranque del programa.
Operativos y verificaciones para proteger al consumidor
Para dar certeza a quienes acudían a comprar, la autoridad realizó operativos especiales en supermercados de Iztapalapa, revisando precios exhibidos, términos y restricciones. El objetivo era evitar cobros indebidos y asegurar que las ofertas fueran claras, completas y veraces.
A cada paso, los consumidores recibían orientación directa: cómo identificar irregularidades, qué documentos presentar en caso de disputa y cómo hacer valer sus derechos ante cualquier incumplimiento. Las asesorías se multiplicaron con el paso de las horas, demostrando que la vigilancia en estas fechas resulta tan importante como las promociones mismas.
Un Buen Fin más grande de lo esperado
Desde Pachuca, en pleno Tianguis Nacional de Pueblos Mágicos, se dio a conocer otra noticia: el Buen Fin superó la meta de negocios participantes. Más de 215 mil empresas se sumaron a esta edición, reflejo de la confianza comercial y el impulso económico que esta iniciativa genera cada año.
Para muchos micro, pequeños y medianos negocios, el programa representa una oportunidad única de incrementar ingresos, atraer nuevos clientes y recuperar terreno después de meses de desafíos económicos. El incremento en participación confirmó que, más allá de las incidencias, el Buen Fin sigue siendo una herramienta poderosa para mover la economía mexicana.
Un cierre que deja lecciones
Con miles de compras efectuadas, cientos de conciliaciones concretadas y una larga lista de aprendizajes, los primeros días del Buen Fin dejaron claro que la emoción de comprar viene acompañada de la responsabilidad de informarse. Los consumidores volvieron a demostrar que valoran los descuentos, pero también que están dispuestos a exigir claridad y respeto en cada transacción.
Y aunque los refrigeradores, lavadoras y pantallas fueron las estrellas de esta edición, la verdadera victoria estuvo en cada familia que logró aprovechar una promoción sin sorpresas, confiando en que sus derechos serían protegidos en caso de cualquier falla.
El Buen Fin avanza, y con él, la historia anual de compras que marca el pulso comercial del país.
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