Un panorama bajo la lupa
En los últimos meses, tres importantes agencias calificadoras –Moody’s, S&P Global Ratings y Fitch Ratings– han revisado la calificación crediticia de la deuda soberana de México y de Pemex, generando preocupación en los mercados.
Aunque las decisiones mantienen a México por encima del grado especulativo, las advertencias sobre riesgos fiscales, económicos e institucionales son claras. Pemex, por su parte, sigue en niveles que reflejan vulnerabilidad extrema, lo que pone en duda su viabilidad a largo plazo sin apoyo estatal.
Moody’s: advertencias sobre México y Pemex
El pasado 14 de noviembre, Moody’s ratificó la calificación de México en Baa2, un nivel por encima del grado especulativo. Sin embargo, modificó la perspectiva a negativa debido a:
- Deterioro fiscal: Un déficit del 6% del PIB, el más alto en años, limita la capacidad de maniobra del gobierno.
- Rigidez en el gasto: La falta de flexibilidad presupuestaria complica los esfuerzos de consolidación fiscal.
- Reformas institucionales polémicas: Cambios en el Poder Judicial podrían erosionar los contrapesos democráticos y afectar la confianza de inversionistas.
- Riesgos por Pemex: Los pasivos contingentes de la petrolera estatal representan una amenaza real para las finanzas públicas.
S&P: estabilidad a pesar de los riesgos
Un mes después, el 13 de diciembre, S&P Global Ratings ratificó la calificación de México en BBB, dos niveles por encima del grado especulativo, con perspectiva estable.
La agencia destacó que una gestión macroeconómica prudente y un posible retorno a déficits fiscales bajos son factores que respaldan la estabilidad. Sin embargo, advirtió sobre riesgos como:
- Tensiones con Estados Unidos: Disputas comerciales o migratorias que podrían afectar la economía.
- Reformas controversiales: Cambios en la autonomía de organismos regulatorios generan incertidumbre sobre la transparencia y previsibilidad de las políticas públicas.
Fitch: Pemex, un gigante en crisis
El 16 de diciembre, Fitch Ratings confirmó la calificación de Pemex en B+ con perspectiva estable, cuatro niveles por debajo del grado de inversión.
Pemex enfrenta desafíos estructurales que comprometen su viabilidad:
- Vulnerabilidad financiera: Con altos niveles de deuda y bajo desempeño, Pemex depende completamente del respaldo gubernamental.
- Impacto ambiental y social: Su historial negativo en materia ambiental y social (ESG) dificulta el acceso a financiamiento.
- Riesgo de default: Aunque no se prevé un incumplimiento inmediato, Pemex se encuentra en el límite de la sostenibilidad.
¿Qué significan estas calificaciones para México?
Las calificaciones crediticias son más que un número: determinan la confianza de los inversionistas y el costo del financiamiento.
- Para el gobierno: Una perspectiva negativa podría traducirse en mayores costos para emitir deuda, especialmente si las agencias bajan las calificaciones en el futuro.
- Para Pemex: Su precaria situación financiera refleja el enorme peso que representa para las finanzas públicas, convirtiéndose en un riesgo latente.
- Para la economía: La incertidumbre institucional, un déficit elevado y las dudas sobre Pemex podrían afectar el crecimiento y la atracción de inversiones.
Retos a futuro
México enfrenta un periodo decisivo para mantener su estabilidad económica:
- Reformas estructurales: Será crucial garantizar la sostenibilidad fiscal y fortalecer las instituciones para recuperar la confianza de los mercados.
- Estrategia con Pemex: Rediseñar su modelo de negocio o privatizar parcialmente podrían ser opciones para reducir su dependencia del gobierno.
- Gestión de riesgos: Las tensiones comerciales, el entorno global y los cambios políticos internos requieren un manejo pragmático.
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