25% del Producto Interno Bruto (PIB), de los cuales el 88% fue privado. Ahora, bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum, se busca no solo mantener este nivel, sino aumentarlo al 28% para 2030.
Este ambicioso objetivo promete un crecimiento económico sostenido superior al 4% anual, pero también depende de factores clave como la certidumbre jurídica, la igualdad ante la ley y la gestión de riesgos derivados de las políticas de Donald Trump y la revisión del T-MEC.
En este artículo analizamos los pilares del plan de inversión, los retos estructurales y las acciones necesarias para que México aproveche esta oportunidad histórica.
El plan México: ¿Por qué la inversión privada es clave?
La estrategia de Sheinbaum se basa en un principio claro: la inversión privada será el motor del desarrollo económico.
Cifras clave del plan económico
- Inversión total actual: 25% del PIB (máximo histórico en México).
- Meta para 2030: Incrementar la inversión al 28% del PIB, con un 93% de participación privada.
- Crecimiento económico esperado: Más del 4% anual si se mantienen los niveles de inversión actuales.
Ventajas estructurales de México
- Mercado laboral robusto: Bajos niveles de desempleo, salarios reales en aumento y abundancia de fuerza laboral informal.
- Atracción por nearshoring: La diversificación de cadenas de suministro, especialmente en sectores industriales, hace a México una opción atractiva para empresas que buscan reducir riesgos en Asia.
- Productividad empresarial: Empresas mexicanas más competitivas, con mayor valor agregado y capacidad de reinversión.
Los desafíos internos: Certidumbre y estado de derecho
Aunque México tiene condiciones estructurales favorables, enfrenta retos internos que podrían frenar el crecimiento:
Igualdad ante la ley y certidumbre jurídica
- Riesgo regulatorio: Los sectores precursores, como el energético, dependen de reguladores profesionales e independientes. La percepción de favoritismos hacia Pemex y CFE podría desincentivar la inversión.
- Subsidios transparentes: Se necesita prohibir subsidios opacos en las leyes secundarias de Pemex y CFE, garantizando que los apoyos estén claramente identificados en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Fortalecimiento institucional
El éxito del plan económico depende de:
- Reguladores técnicos con autonomía real.
- Un Poder Judicial eficiente y justo para resolver disputas empresariales.
- Cumplimiento de compromisos internacionales, como el capítulo 22 del T-MEC sobre empresas estatales.
Retos externos: Trump, T-MEC y el comercio internacional
El regreso de Donald Trump y su política proteccionista representan una amenaza directa para México.
Presión arancelaria y revisión del T-MEC
- Aranceles generalizados: Trump podría imponer impuestos a las exportaciones mexicanas si percibe incumplimientos en capítulos clave del T-MEC, como el laboral y el ambiental.
- Cumplimiento normativo: México necesita garantizar que cumple con las disposiciones del tratado para mantener la apertura comercial y evitar sanciones.
El papel del atractivo económico mexicano
Una economía competitiva puede convertirse en una herramienta de cabildeo en Estados Unidos. Si México mantiene altos niveles de inversión y productividad, se crearán incentivos para que actores clave defiendan la relación bilateral.
Sectores clave para impulsar la inversión
Para lograr un crecimiento sostenido, México debe priorizar sectores estratégicos que actúen como catalizadores de la economía:
Energía y sostenibilidad
- Garantizar igualdad de condiciones para Pemex, CFE y empresas privadas.
- Incentivar inversiones en energías limpias y sostenibles, alineadas con compromisos internacionales.
Infraestructura
- Acelerar proyectos clave que aumenten la competitividad regional, como puertos, carreteras y logística.
- Reducir cuellos de botella en permisos municipales, estatales y federales.
Tecnología y manufactura avanzada
- Promover el desarrollo de hubs tecnológicos en colaboración con el sector privado.
- Atraer inversiones en manufactura avanzada, especialmente en nearshoring.
Un reto ambicioso, pero posible
El plan de la presidenta Claudia Sheinbaum para elevar la inversión privada al 28% del PIB es una apuesta audaz que podría cambiar el rumbo económico de México.
Sin embargo, lograr este objetivo requiere enfrentar desafíos internos y externos con una estrategia clara:
- Fortalecer reguladores y garantizar igualdad ante la ley.
- Cumplir estrictamente con los compromisos internacionales, especialmente del T-MEC.
- Aprovechar la oportunidad que brinda el nearshoring para diversificar y consolidar sectores clave.
México tiene el potencial de convertirse en un destino líder para la inversión global, pero el éxito dependerá de mantener la confianza de los inversionistas y demostrar que es un socio confiable en el escenario internacional.
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