La inversión en México enfrenta uno de sus momentos más delicados en años recientes. Aunque los discursos optimistas de las autoridades, como la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Hacienda, prometen un panorama alentador, las cifras del INEGI cuentan otra historia. Este artículo explora la realidad detrás de las cifras, el impacto de las percepciones económicas y lo que podría cambiar el rumbo de la inversión en el país.
Una caída que despierta alarmas
Según los últimos datos del INEGI, la inversión bruta fija cayó un 2.3% anual en septiembre, además de un retroceso mensual del 0.8% respecto a agosto. Esto marca dos meses consecutivos de cifras negativas tras un periodo de 40 meses de crecimiento sostenido.
¿Por qué este cambio de tendencia? Analistas señalan que factores como la incertidumbre política, la percepción de un entorno global menos favorable, y los riesgos económicos internos e internacionales han llevado a los inversionistas a actuar con cautela.
¿Qué dicen los ‘espíritus animales’?
La noción de los ‘espíritus animales’ del economista John Maynard Keynes sigue vigente. Según Keynes, la inversión no solo depende de datos objetivos, sino también de la confianza y las expectativas de los empresarios. En este contexto, la incertidumbre se convierte en un freno natural para el flujo de capitales hacia nuevos proyectos.
Actualmente, las tensiones internacionales, como las políticas proteccionistas en Estados Unidos bajo el liderazgo republicano, y la falta de señales claras en el mercado interno, han llevado a muchos empresarios nacionales e internacionales a adoptar una postura de espera.
Sheinbaum frente al desafío económico
Desde su llegada al poder, Claudia Sheinbaum ha buscado proyectar confianza hacia los sectores empresariales. Sin embargo, los analistas coinciden en que las palabras por sí solas no pueden cambiar las tendencias de inversión. Recordemos ejemplos históricos como el Pacto por México en 2013, que logró revitalizar el ambiente de negocios con reformas estructurales. Pero para repetir ese éxito, es necesario un plan estratégico sólido que genere certidumbre a largo plazo.
Norteamérica como motor potencial
A pesar de las cifras negativas, hay motivos para el optimismo. Las ventajas competitivas de México dentro del bloque norteamericano, como el nearshoring, han atraído la atención de empresas extranjeras. No obstante, para capitalizar esta oportunidad, el gobierno debe enfocarse en garantizar un entorno estable, fortalecer el Estado de derecho y resolver los cuellos de botella en infraestructura y logística.
¿Qué esperar en los próximos meses?
El panorama aún es incierto. Aunque muchas empresas han anunciado proyectos ambiciosos en México, estas decisiones están condicionadas al desarrollo de políticas económicas más claras. Los próximos meses serán críticos para determinar si el país puede recuperar la tendencia positiva en la inversión o si continuará enfrentando una contracción.
La palabra como herramienta clave
La inversión, como hemos visto, es un fenómeno subjetivo influenciado tanto por la percepción como por los datos duros. La clave para reactivar la confianza radica en un equilibrio entre la narrativa gubernamental y acciones concretas que reduzcan la incertidumbre. Sheinbaum tiene el desafío de replicar los éxitos de gestiones anteriores en crear entornos propicios para la inversión. El tiempo dirá si sus palabras logran movilizar los ‘espíritus animales’ del capital hacia México.
¡Únete a nuestro canal de Telegram! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.


TE PODRÍA INTERESAR