Comprar un auto seminuevo puede ser una gran opción cuando el presupuesto no alcanza para un vehículo nuevo. Sin embargo, es una decisión que implica más riesgos, por lo que se requiere paciencia, análisis y una revisión detallada antes de cerrar el trato.
Muchos compradores se enfocan únicamente en el precio, sin considerar los gastos adicionales que surgirán más adelante. Para evitar problemas, conviene planear bien cada paso y conocer qué revisar antes de entregar el dinero.
Define tu presupuesto y revisa el historial del auto
El primer paso es determinar cuánto dinero puedes invertir sin afectar tus gastos básicos. Además del precio de compra, recuerda contemplar trámites de traspaso, seguro, verificaciones y reparaciones menores. Si piensas financiar el vehículo, compara distintas opciones de crédito antes de comprometerte.
También es clave investigar el historial del auto. Solicita el REPUVE para descartar reportes de robo, adeudos de tenencia o multas. Pide facturas de servicios y confirma que el número de serie coincida en todos los documentos. Un vendedor que pone trabas para entregar papeles claros es una señal de alerta.
Evalúa el estado físico y compara precios
El kilometraje debe ser coherente con la antigüedad del auto, considerando entre 15 mil y 30 mil kilómetros por año en condiciones normales. Revisa pintura, soldaduras, alineación de puertas y pruebas internas como frenos, dirección y sistema eléctrico. Si tienes dudas, acude con un mecánico de confianza para una inspección más detallada.
Por último, compara precios en diferentes canales: agencias, plataformas digitales y anuncios clasificados. Algunos sitios especializados ya incluyen verificaciones previas y opciones de financiamiento, lo que puede darte mayor tranquilidad.
Comprar un auto seminuevo no debe ser una decisión apresurada. Con un análisis correcto y paciencia en la búsqueda, puedes asegurar una compra inteligente que te brinde movilidad confiable y estabilidad en tu economía.


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