El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2026 no solo es un documento técnico, sino también un reflejo de las tensiones entre crecimiento económico, estabilidad social y disciplina financiera. Para la calificadora Fitch Ratings, el panorama es claro: México enfrenta un camino más complejo hacia la consolidación fiscal, en un contexto de debilidad económica y de presión por mantener programas sociales.
Un presupuesto entre metas y realidades
El 8 de septiembre de 2025, el gobierno federal presentó su propuesta de presupuesto para 2026. En ella, se proyecta un déficit fiscal de 4.1% del PIB, apenas una ligera mejora respecto al 4.3% de 2025. Aunque la cifra implica un esfuerzo de ajuste, está lejos de los objetivos de reducción planteados en los Precriterios de Política Económica, que sugerían un 3.2%.
La pregunta clave es si este nivel de déficit puede sostenerse sin comprometer la credibilidad financiera de México. Para Fitch, la respuesta es que la consolidación moderada no será suficiente.
El legado fiscal y los recortes
Desde su llegada a la presidencia en 2024, Claudia Sheinbaum enfrentó un déficit heredado, que la obligó a recortar inversión pública y gasto operativo discrecional. Estas medidas, aunque dolorosas, permitieron contener parte del desequilibrio. Sin embargo, el margen de maniobra comienza a agotarse.
Fitch advierte que nuevos recortes podrían exacerbar la debilidad económica, afectando el crecimiento y el empleo. La estrategia de austeridad, por sí sola, ya no es sostenible.
Ingresos en ascenso, pero insuficientes
Un rayo de luz en el panorama ha sido el aumento en la recaudación fiscal, que creció un 6.4% interanual hasta agosto de 2025. El impulso provino de mejores medidas administrativas y del cobro de impuestos al comercio electrónico.
Aun así, Fitch señala que sin una reforma tributaria estructural, el país no podrá generar los ingresos necesarios para reducir de forma significativa el déficit. En otras palabras, los “parches” no bastan.
Medidas del PEF 2026: ingresos adicionales limitados
El presupuesto de 2026 contempla un paquete de medidas fiscales que podría incrementar los ingresos en 0.3% del PIB. Entre ellas:
- Aumento de impuestos al pecado, como bebidas azucaradas.
- Nuevos aranceles de importación.
- Reducción de deducciones fiscales.
Estos recursos se destinarán a fortalecer programas sociales y a sostener la inversión pública, intentando mitigar el impacto de la austeridad. Sin embargo, Fitch advierte que el efecto será limitado.
El reto de la consolidación fiscal
El análisis de Fitch concluye que México enfrenta un dilema: seguir recortando gasto con riesgo de frenar la economía, o emprender una reforma que amplíe la base tributaria y dé estabilidad a largo plazo.
De no hacerlo, la consolidación fiscal será cada vez más difícil de alcanzar, lo que podría afectar la calificación soberana y elevar el costo del financiamiento externo.
Una oportunidad para un debate nacional
El PEF 2026 es más que números: es un llamado a un debate de fondo sobre la política fiscal mexicana. El país necesita decidir si continuará con la estrategia de ajustes parciales o si avanzará hacia una reforma profunda que asegure estabilidad y crecimiento.
La advertencia de Fitch deja claro que México está en una encrucijada. El camino hacia la disciplina fiscal no será sencillo, pero postergarlo podría salir mucho más caro.


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