La economía mundial se enfrenta a un panorama lleno de incertidumbres. La volatilidad del precio del petróleo es uno de los factores que más preocupan a las naciones productoras y consumidoras, y México no es la excepción. En 2025, el país se encuentra en una encrucijada frente a los riesgos derivados de los conflictos internacionales, como la guerra en Ucrania y Gaza, así como de la inminente llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. No obstante, el gobierno mexicano ha afirmado que está «blindado» para hacer frente a la volatilidad en los mercados internacionales de crudo.
Este artículo explora la estrategia fiscal del gobierno mexicano para mitigar estos riesgos, sus fundamentos y las perspectivas de la economía nacional ante estos desafíos globales.
El presupuesto de 2025: ¿un blindaje contra la volatilidad?
En noviembre de 2024, el secretario de Hacienda de México, Rogelio Ramírez de la O, destacó en una conferencia de prensa que el país está preparado para lidiar con la incertidumbre en los precios del petróleo. Para el presupuesto de 2025, se contempló un precio de 57,8 dólares por barril, una cifra por debajo de los 70,7 dólares proyectados para 2024. Este precio se considera «blindado», pues, según Ramírez de la O, el presupuesto se basa en una fórmula que toma en cuenta los promedios de los últimos diez años y otros factores históricos. A pesar de las amenazas geopolíticas y la fluctuación de los mercados, el gobierno mexicano considera que su estrategia fiscal es sólida para enfrentar cualquier eventualidad.
La fórmula de Hacienda: robustez en tiempos de incertidumbre
Una de las principales herramientas utilizadas por el gobierno mexicano es la fórmula obligatoria que establece el precio del petróleo en el presupuesto, una práctica que ha sido parte de la política fiscal desde la década de los 90. Esta fórmula no solo toma en cuenta los promedios históricos del crudo, sino también las proyecciones de los futuros en los mercados internacionales, lo que permite al gobierno anticiparse a los posibles cambios de precios y asegurarse de que el país no dependa exclusivamente de las fluctuaciones impredecibles del mercado global.
En palabras de Ramírez de la O, la fórmula «obligatoria» permite calcular el precio del petróleo sin depender de las variables de corto plazo, como los conflictos internacionales o las decisiones políticas externas. De esta manera, México tiene la capacidad de prever un escenario fiscal estable, incluso en medio de eventos inesperados como una escalada en la guerra en Ucrania o cambios radicales en la política energética estadounidense bajo la presidencia de Trump.
El papel de Pemex: ¿una vulnerabilidad para las finanzas públicas?
Aunque México tiene un blindaje fiscal a nivel gubernamental, las finanzas públicas no están completamente exentas de riesgos. Uno de los mayores desafíos que enfrenta el país es la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex), la petrolera más endeudada del mundo. Las calificadoras internacionales han advertido que la situación de Pemex podría poner en peligro la estabilidad económica del país, ya que una crisis en la empresa podría afectar significativamente los ingresos derivados de la industria petrolera.
A pesar de estos riesgos, el gobierno mexicano ha apostado por un enfoque optimista y continúa confiando en que su presupuesto está lo suficientemente blindado para resistir los efectos de una eventual crisis en Pemex. Esto ha generado cierto escepticismo entre los analistas económicos, que consideran que el gobierno podría estar subestimando los riesgos asociados a la falta de inversión en la empresa estatal.
¿Cómo afectará la presidencia de Trump a México?
La figura de Donald Trump en la política internacional sigue siendo una de las más controvertidas y, en este contexto, su posible regreso a la presidencia de Estados Unidos podría tener implicaciones para la economía mexicana, especialmente en lo que respecta al petróleo. Trump ha sido un firme defensor de aumentar la producción de crudo en los Estados Unidos para asegurar la autosuficiencia energética de su país, lo que podría presionar los precios del petróleo a la baja.
A pesar de este riesgo, Ramírez de la O afirmó que el gobierno mexicano está preparado para este escenario. Según el secretario de Hacienda, si Trump implementa políticas que favorezcan un aumento en la producción de petróleo, los precios podrían caer, pero México ya ha previsto este tipo de situaciones y tiene un plan para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado global.
El futuro de los ingresos petroleros: ¿qué esperar para 2025?
A pesar de los riesgos geopolíticos, el gobierno de México estima que los ingresos petroleros crecerán un 4,3% en 2025, alcanzando un total de 1,14 billones de pesos (aproximadamente 57.000 millones de dólares). Aunque estos ingresos representan solo una octava parte de los ingresos totales del gobierno, son fundamentales para financiar los programas sociales y el desarrollo económico del país. La estabilidad de estos ingresos será clave para garantizar el éxito del presupuesto 2025 y para mantener el nivel de inversión en infraestructura y programas sociales.
¿Está México realmente blindado ante los riesgos petroleros?
La estrategia fiscal de México para 2025, con un presupuesto que contempla un precio del petróleo más bajo y una fórmula de cálculo robusta, parece estar bien diseñada para enfrentar la volatilidad del mercado petrolero. Sin embargo, los riesgos asociados a la deuda de Pemex y la incertidumbre política internacional, especialmente en relación con la presidencia de Trump y los conflictos geopolíticos, continúan siendo factores clave a monitorear. Solo el tiempo dirá si el «blindaje» económico de México será suficiente para proteger al país de los vaivenes de los mercados internacionales.
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