La relación comercial entre México, Estados Unidos y Canadá atraviesa un momento de mayor estabilidad respecto a lo previsto a comienzos de año, cuando Donald Trump asumió nuevamente la presidencia estadounidense. Así lo afirmó Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Economía (SE), durante una reunión privada con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Según el funcionario, el panorama actual es más alentador de lo que se esperaba y, pese a los retos por venir, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) “va a sobrevivir”.
Un panorama comercial más estable para México
Ebrard subrayó que la revisión del T-MEC, prevista como parte del calendario establecido en el acuerdo, se perfila como un proceso complejo pero manejable.
“Aún falta un trecho importante por recorrer y sortear muchos riesgos porque será una revisión difícil”, reconoció. Sin embargo, destacó que los datos económicos y comerciales que unen a los tres países muestran una integración sólida que garantiza la continuidad del tratado.
De acuerdo con cifras recientes de la SE, el comercio total entre México y Estados Unidos alcanzó niveles récord en los primeros meses del año, consolidando al país como su principal socio comercial. Este factor, junto con la diversificación industrial y las inversiones vinculadas al nearshoring, refuerzan la estabilidad del marco trilateral.
Temas bilaterales y trilaterales: una revisión con matices
Frente a los comentarios de Washington sobre una posible revisión bilateral del acuerdo, Ebrard explicó que el T-MEC siempre ha incluido una combinación de temas bilaterales y trilaterales, según las necesidades específicas de cada nación.
“Nunca ha habido una negociación trilateral todo el tiempo. Hay muchos temas que son muy específicos de México con Estados Unidos, y muchísimos otros de Canadá con Estados Unidos”, puntualizó el secretario.
Ejemplificó que México no participa en discusiones sobre la compra de aviones F-35 por parte de Canadá o en la exportación de energía canadiense hacia Estados Unidos, del mismo modo que Canadá no se involucra en los temas de manufactura automotriz o agricultura mexicana.
Esta flexibilidad, dijo, ha permitido mantener un equilibrio entre los tres socios sin que el tratado pierda su carácter de integración regional.
Consultas y diálogo con el sector productivo
El titular de la SE informó que México se encuentra actualmente en el proceso de consultas junto con Estados Unidos y Canadá, conforme a lo estipulado en el propio tratado.
En el caso mexicano, se están realizando pláticas con 30 sectores productivos, mediante foros en cada estado del país organizados por los comités de promoción de inversiones, con la participación activa del CCE y otras cámaras empresariales.
Ebrard explicó que el objetivo de estas reuniones es elaborar un documento unificado que refleje las prioridades y preocupaciones de cada sector, con el fin de presentar una posición sólida en las mesas de revisión.
“Tenemos que tener claro cuáles son los puntos en los que estamos de acuerdo, cuáles son los argumentos que tenemos y preparar toda la información que debemos presentar. Entre más data mejor”, señaló.
El secretario adelantó que el proceso de consultas concluirá en noviembre, mes en el que se consolidará el informe final con los resultados de los diálogos empresariales y regionales.
Confianza en el futuro del tratado
Ebrard reafirmó que, pese al ambiente político cambiante en Estados Unidos y las presiones internas en los tres países, el T-MEC tiene bases firmes para perdurar.
El intercambio comercial, la inversión transfronteriza y la integración en sectores como la manufactura, la energía y los servicios son factores que dificultan cualquier retroceso significativo.
“El tratado va a sobrevivir, porque los datos que nos unen son mucho más fuertes que las diferencias políticas del momento”, aseguró el funcionario.
En ese sentido, reiteró que México mantendrá una postura de diálogo, cooperación y defensa de sus intereses productivos, con el respaldo de los empresarios y el compromiso del gobierno federal.
La postura del secretario Marcelo Ebrard refleja un optimismo cauteloso ante la revisión del T-MEC, basada en la madurez económica y la interdependencia de las tres naciones norteamericanas.
Si bien reconoce que será una negociación compleja, la estrategia del gobierno mexicano —centrada en el consenso con el sector privado y la preparación técnica— apunta a garantizar que el tratado comercial más importante de la región siga vigente y fortalecido en los próximos años.
El T-MEC, más que un acuerdo, representa la columna vertebral del crecimiento económico de América del Norte, y México busca consolidar su papel como socio estratégico en un entorno global cada vez más competitivo.


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