El uso de criptomonedas ha crecido de forma acelerada en México, pero junto con su adopción también aumentan las obligaciones fiscales y administrativas. Operar con activos virtuales no solo implica comprar o vender desde una aplicación, sino cumplir con reglas que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) vigilan cada vez con mayor rigor.
Para 2026, el marco regulatorio se mantiene alineado con estándares internacionales y refuerza la supervisión sobre quienes intercambian, custodian o transfieren criptomonedas de manera habitual o profesional.
Criptomonedas, clasificadas como Actividad Vulnerable
Desde 2018, el intercambio profesional y habitual de criptomonedas fue clasificado como Actividad Vulnerable. Esto significa que las personas físicas y morales que prestan servicios relacionados con activos están sujetas a controles antilavado y a la supervisión directa del SAT.
El objetivo es evitar que estos instrumentos se utilicen para ocultar recursos de procedencia ilícita o financiar actividades ilegales.
La regulación mexicana responde en gran medida a las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). En su Recomendación 15, el organismo exige que los proveedores de servicios de activos virtuales estén registrados, regulados y bajo monitoreo permanente.
Estas directrices buscan impedir que personas vinculadas a delitos controlen plataformas de criptomonedas y obligan a los países a sancionar a quienes operen sin autorización.
¿Qué exige el SAT a quienes operan criptomonedas?
La Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita establece obligaciones claras para quienes ofrecen servicios relacionados con criptoactivos.
Entre los principales requerimientos se encuentra el registro en el Padrón de Actividades Vulnerables del SAT, la entrega de información sobre socios y representantes legales, así como la disponibilidad para recibir verificaciones de la autoridad. El cumplimiento no es opcional y se mantiene de forma permanente mientras se realice la actividad.
Documentos que debes presentar para registrarte
Antes de autorizar el registro, el SAT solicita un expediente completo. En el caso de personas morales, se requiere acta constitutiva, comprobante de domicilio, lista de socios, sitios web utilizados e identificación del representante legal.
Las personas físicas deben presentar identificación oficial, CURP y RFC. Si la información está incompleta, el SAT otorga un plazo máximo de cinco días hábiles para corregirla; de no hacerlo, el trámite se cancela.
Cualquier cambio posterior en los datos debe notificarse en un plazo no mayor a seis días hábiles.
La certificación de la UIF
Quienes realizan Actividades Vulnerables pueden solicitar una certificación emitida por la UIF. Este documento, con vigencia de cinco años, acredita el cumplimiento de buenas prácticas en materia de prevención de lavado de dinero.
Aunque no es obligatoria, la certificación funciona como un respaldo ante autoridades y entidades financieras.
La supervisión sobre las criptomonedas se ha intensificado. Las autoridades buscan garantizar la trazabilidad de las operaciones, identificar a las personas involucradas y evitar que las plataformas sean utilizadas con fines ilícitos.
En México, operar con criptomonedas es legal, pero hacerlo sin cumplir las obligaciones fiscales y antilavado puede derivar en sanciones administrativas y problemas legales.
Pasos para empezar a invertir en criptomonedas
Antes de invertir, es importante entender que no todas las criptomonedas cumplen la misma función. Algunas operan como medio de pago, mientras que otras están ligadas a contratos inteligentes o servicios financieros digitales.
Elegir una plataforma confiable es esencial. Los exchanges suelen solicitar verificación de identidad y permiten comprar, vender y almacenar activos digitales. La seguridad también depende del tipo de wallet que se utilice, ya sea digital o física.
Para perfiles más conservadores, existen alternativas como fondos de inversión o ETFs vinculados a criptoactivos, que permiten exposición al mercado sin manejar directamente las criptomonedas.
Las criptomonedas son activos de alta volatilidad. Los precios pueden cambiar de forma abrupta y no existen garantías de rendimiento.
Definir una estrategia, diversificar y no invertir dinero que se necesite a corto plazo es fundamental para reducir riesgos y evitar pérdidas que afecten la estabilidad financiera.
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