Los mercados financieros amanecieron este lunes con un aire de cautela que se siente incluso antes de mirar las pantallas. Quien haya seguido el pulso económico de los últimos meses sabe que, cada tanto, el mundo se detiene a la espera de un solo mensaje. Esta semana, esa voz es la de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), cuya última reunión de política monetaria del año promete mover no solo el dólar, sino la expectativa económica global.
La mañana inicia con un peso mexicano en 18.19 pesos por dólar, apenas una variación tras el cierre del viernes. Los inversionistas, más que actuar, parecen contener el aliento. En las salas de trading, desde Nueva York hasta la Ciudad de México, domina la misma palabra: “esperar”.
Peso mexicano y mercados financieros avanzan entre señales mixtas
Aunque parezca un lunes típico, no lo es. El índice DXY —el termómetro del dólar frente a otras seis divisas importantes— registra un leve retroceso de 0.01%, ubicándose en 99.975 unidades. Nada que sorprenda en un entorno donde cada decimal se mueve al ritmo del discurso de la Fed.
Parte de esta calma proviene del indicador de inflación favorito del banco central estadounidense: el índice de precios del Gasto en Consumo Personal, publicado el viernes, que cumplió con las expectativas. Este dato alimentó el consenso del mercado: un recorte de 0.25 puntos porcentuales en la tasa de interés este miércoles.
Sin embargo, no todo está dicho. En la mitad del tablero financiero mundial aparecen dudas nuevas, especialmente tras el rumor creciente de que Kevin Hassett podría suceder a Jerome Powell en 2026. La política monetaria estadounidense no solo mueve su economía; marca tendencia global, define apetito de riesgo y determina cómo reaccionan los capitales hacia mercados emergentes como México.
Y es justo aquí donde los mercados financieros muestran una calma que esconde mucha tensión.
Wall Street, oro, bitcoin y petróleo: así se mueven los activos clave
Mientras el bono estadounidense a 10 años opera en 4.155%, los futuros de Wall Street avanzan:
- Dow Jones +0.02%
- Nasdaq +0.28%
- S&P 500 +0.10%
El oro, tradicional refugio en tiempos inciertos, cae 0.30% y se ubica cerca de los 4,230 dólares por onza. Y aunque el bitcoin suele comportarse como un activo desatado de la lógica tradicional, hoy tampoco rompe el molde: se mantiene en los 91,500 dólares.
El petróleo, por su parte, inicia la semana con retrocesos. El Brent cede 0.97% y queda en 63.11 dólares, mientras el WTI baja 1.05% hasta los 59.44 dólares. Un reflejo de la moderación en la demanda y del ajuste natural previo a decisiones macro de alto impacto.
Lo que realmente está en juego esta semana
No es solo la tasa. Es el mensaje, el tono y la visión que la Fed trace para 2026. En un entorno donde los ciclos económicos se acortan y los mercados reaccionan con precisión quirúrgica, incluso un matiz en el discurso puede alterar expectativas globales. Por eso, esta semana, más que un simple anuncio monetario, los inversionistas esperan una señal que marque el rumbo del próximo año.
Mientras el peso mexicano se mantiene alrededor de 18.19 unidades por dólar, el ambiente en los mercados es de observación contenida. Los operadores ajustan posiciones con cautela, conscientes de que cualquier movimiento previo podría ser prematuro. La sensación es de quietud estratégica: una pausa medida a la espera de un mensaje que podría redefinir el apetito de riesgo.
Porque en los mercados financieros, la calma también hace ruido. Aunque la actividad luce moderada, detrás de cada operación hay modelos, escenarios y decisiones esperando detonarse. En cuanto la Fed hable, esa tranquilidad podría romperse de inmediato, transformándose en volatilidad o en un nuevo impulso para los activos globales. Todo depende de ese discurso.
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