La noche del 31 de mayo de 2025 debía ser de gloria eterna para el Paris Saint-Germain, que aplastó 5-0 al Inter de Milán para alzar su primera Champions League. Pero la euforia en París se tiñó de sangre y fuego. Dos muertos, cientos de heridos y detenidos, y una ciudad sumida en el caos. La UEFA ya toma cartas en el asunto. Este Juez analiza la barbarie.
El pitido final en el Allianz Arena de Múnich desató la locura contenida de una afición parisina que anhelaba la gloria europea. Sin embargo, lo que comenzó como una celebración histórica por la conquista de la Champions League por parte del PSG derivó rápidamente en una espiral de violencia que ha dejado una mancha imborrable en el triunfo del club.
El saldo es desolador: dos personas fallecidas –un joven de 17 años apuñalado en Dax y un hombre de 23 años atropellado en París mientras celebraba en scooter–, más de 190 heridos y 559 arrestos en toda Francia, 491 de ellos solo en la capital.
Crónica de una noche de furia: Vandalismo, saqueos y batallas campales
Las calles de París, especialmente en zonas emblemáticas como los Campos Elíseos y los alrededores del Parque de los Príncipes, se convirtieron en un campo de batalla.
La celebración pacífica de la mayoría de los aficionados se vio eclipsada por grupos de vándalos que incendiaron 264 vehículos, destrozaron mobiliario urbano y saquearon comercios, incluyendo una tienda Foot Locker cerca de los Campos Elíseos donde se produjeron una treintena de detenciones.
La policía, que desplegó a unos 5,400 agentes en París, se vio obligada a utilizar gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los alborotadores. Incluso 22 policías y 7 bomberos resultaron heridos, uno de ellos de gravedad por el impacto de un petardo.
El propio PSG emitió un comunicado condenando la violencia, calificándola de «actos aislados contrarios a los valores del club» y que «de ninguna manera representan a la gran mayoría de nuestros seguidores». Una declaración necesaria, pero que sabe a poco ante la magnitud de los desmanes.
El prefecto de policía de París, Laurent Nuñez, fue más allá al distinguir entre los verdaderos aficionados y las «bandas de saqueadores y vándalos» que, según él, «ni siquiera vieron el partido» y solo buscaban el caos.
Esto sugiere que los festejos pudieron ser instrumentalizados por elementos criminales o grupos con tensiones sociales acumuladas, utilizando la victoria del PSG como pretexto para desatar la violencia.
La UEFA apunta al PSG: Invasión de campo, bengalas y ¿Sanciones ejemplares en camino?
Pero los problemas para el PSG no se limitan a las calles de París. La UEFA ha abierto una investigación por el comportamiento de sus seguidores durante la final en Múnich.
Los cargos incluyen la invasión del terreno de juego por parte de varios cientos de aficionados tras el pitido final, el uso de bengalas y la exhibición de una pancarta ultra en el Allianz Arena. Aunque se informa que la invasión del campo no derivó en enfrentamientos violentos, estos actos constituyen una clara violación de la normativa de la UEFA.
¿A qué tipo de sanciones se enfrenta el club parisino? Las posibilidades van desde multas económicas cuantiosas hasta el cierre parcial o total de su estadio para futuros partidos europeos, o incluso la disputa de encuentros a puerta cerrada. Estas sanciones podrían empañar la imagen del club y su recién estrenado título continental.
La UEFA se encuentra ante la disyuntiva de aplicar un castigo ejemplar por los incidentes ocurridos dentro del estadio, que son de responsabilidad directa del club como participante, sin dejarse influir excesivamente por los gravísimos sucesos de París, más difíciles de imputar disciplinariamente al club desde la perspectiva deportiva de la UEFA.
Respuesta Oficial: Macron condena, el ministro del interior habla de «Bárbaros» y ¿Mano dura en el futuro?
Las reacciones políticas no se hicieron esperar. El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó los disturbios de «inaceptables» e «injustificables», asegurando que los responsables serían encontrados y castigados. El ministro del Interior, Bruno Retailleau, fue aún más duro, tildando a los violentos de «bárbaros» y «matones» que «no respetan nada».
Quizás la respuesta más contundente provino del ministro de Justicia, Gérald Darmanin, quien, aprovechando la indignación general, ha propuesto un endurecimiento de las penas por violencia contra las fuerzas del orden y daños a la propiedad.
Darmanin aboga por cambios legislativos que incluyan la eliminación de ajustes obligatorios para penas de cárcel inferiores a seis meses y la instauración de sentencias mínimas, como tres meses de prisión por cualquier agresión a un representante del Estado.
Estas declaraciones sugieren que los trágicos sucesos post-Champions podrían ser utilizados para impulsar una agenda de «ley y orden» más estricta en Francia, con implicaciones que van más allá del ámbito deportivo.
El veredicto de este Juez es que la histórica victoria del PSG ha quedado trágicamente empañada. Mientras unos pocos celebraban un hito deportivo, otros sembraban el terror y la destrucción.
Es imperativo distinguir entre la afición genuina y los delincuentes que se aprovechan de la masa. Sin embargo, la UEFA tiene motivos para investigar y sancionar al club por los fallos de seguridad y el comportamiento de sus ultras en Múnich. Y el gobierno francés tiene la obligación de llevar ante la justicia a los responsables de la violencia en París. Una noche de ensueño deportivo convertida en una pesadilla cívica.


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