El piloto mexicano Patricio O’Ward volverá a subirse a un auto de Fórmula 1 este fin de semana en el Gran Premio de México 2025, donde participará en las prácticas libres con McLaren al volante del MCL39, el monoplaza del británico Lando Norris. A pesar de su entusiasmo por representar a su país, el subcampeón de la IndyCar Series reconoce que su camino hacia la F1 depende de factores fuera de su control.
“Hay cosas que no dependen de mí”, confesó el regiomontano de 26 años, quien afrontará su cuarta sesión de prácticas libres en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
“Ser piloto reserva es el peor trabajo”
Aunque ser parte del programa de desarrollo de McLaren lo coloca en una posición privilegiada, O’Ward no oculta las dificultades que implica ser piloto de reserva en Fórmula 1.
“Es un proceso de aprendizaje, pero también es el peor trabajo, y muchos no lo dicen públicamente”, comentó entre risas. “Tienes que estar listo para subirte al coche, pero rara vez te dejan hacerlo. No sabes cuándo llegará tu oportunidad”.
El mexicano ha trabajado estrechamente con el equipo de Woking durante los últimos dos años, participando en sesiones de simulador, entrenamientos privados y compromisos comerciales. Sin embargo, la competencia interna en la F1 es feroz.
“Es muy difícil quitarle el asiento a alguien que hace bien su trabajo”, admitió O’Ward. “No dudo que puedo hacerlo como ellos —Norris y Piastri—, pero en IndyCar viví lo mismo: nadie me quería dar la oportunidad. Hay muchísimo dinero de por medio”.
El sueño de la Fórmula 1 sin presiones
O’Ward asegura que ha aprendido a vivir sin la presión del sueño de la F1. En la edición pasada del Gran Premio de México completó solo 21 vueltas, afectado por una parada en boxes y dos banderas rojas que limitaron su tiempo en pista.
“Fueron como 15 minutos de práctica”, recordó con humor. “Espero que esta vez me toque hacer un poquito más. Ya dejé esa presión del sueño de la Fórmula 1. Si no se me da la oportunidad, estaré feliz de seguir en IndyCar”.
El mexicano ha sido uno de los pilotos más consistentes del serial estadounidense, donde acumula ocho temporadas y logró su mejor desempeño en 2025 con 505 puntos y el subcampeonato, además de un tercer lugar en las 500 Millas de Indianápolis.
“He pasado los mejores años de mi carrera en IndyCar. Sé que la oportunidad se va a dar, no sé dónde ni con quién, pero tengo fe de que pase”, afirmó.
El heredero del legado de Checo Pérez
La presencia de Pato O’Ward en el Gran Premio de México adquiere un valor simbólico este año, tras la ausencia de Sergio “Checo” Pérez, quien marcó una época como el máximo representante mexicano en la F1.
Aunque su participación será solo por unas horas, O’Ward parece tomar la estafeta del tapatío como figura central del automovilismo nacional. Su aparición en un centro comercial del área metropolitana de la Ciudad de México desató una auténtica fiebre por la Fórmula 1: decenas de aficionados lo esperaron con carteles, banderas y fotografías.
“México tiene una afición única”, comentó el piloto desde una tarima donde firmaba gorras, autos en miniatura y camisetas naranjas de McLaren. “Me emociona ver cómo la gente se identifica con el equipo y con lo que representamos”.
McLaren y el futuro de Pato
Para McLaren, la presencia de O’Ward no solo representa un guiño a los fanáticos mexicanos, sino también una inversión estratégica en talento joven. El equipo británico ha mostrado un sólido desempeño esta temporada, con Oscar Piastri y Lando Norris peleando regularmente por los primeros lugares del campeonato.
El MCL39 que O’Ward conducirá en el Autódromo Hermanos Rodríguez es el segundo auto más rápido del campeonato, lo que convierte su participación en una oportunidad clave para medir su progreso frente a los mejores.
Sin embargo, el propio piloto reconoce que llegar a la Fórmula 1 no solo depende del talento, sino de un complejo entramado de financiamiento, contratos y política interna.
“Es un deporte en el que hay que estar en el lugar correcto, en el momento correcto”, reflexiona O’Ward. “Por ahora disfruto cada momento que me toca en la pista y cada oportunidad de representar a México”.
La afición mexicana, su motor más constante
El cariño del público mexicano se ha convertido en el combustible emocional del piloto regiomontano. A donde va, O’Ward despierta la misma pasión que en su momento generó Checo Pérez.
“Hay algo especial en correr aquí, frente a tu gente”, dijo con una sonrisa. “Sientes esa energía, esa vibra que no se compara con nada”.
El próximo viernes, cuando encienda el motor del MCL39, Pato O’Ward volverá a cumplir un sueño: girar en el circuito de su país con los colores de McLaren, frente a una multitud que lo considera ya el heredero natural del automovilismo mexicano.
Y aunque el futuro aún no esté definido, el piloto lo resume con serenidad:
“Seguiré empujando hasta donde me lleve la vida. Lo importante es nunca dejar de acelerar.”


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