La NFL quiere más partidos. Sus estrellas dicen «basta». Liderados por Patrick Mahomes, los jugadores más importantes de la liga han iniciado una rebelión pública contra el plan de expandir la temporada a 18 juegos, desatando una guerra por el futuro del deporte.
La Propuesta: Más Partidos, Más Dinero, ¿Más Riesgos?
Sobre la mesa de negociación de la NFL yace una propuesta que podría cambiar el rostro de la liga para siempre: expandir la temporada regular de 17 a 18 partidos. La motivación de los dueños es transparente y sencilla: más partidos equivalen a más ingresos por derechos de transmisión, más venta de entradas y, en definitiva, más dinero. Es una lógica empresarial implacable que muchos, como el entrenador de los Steelers Mike Tomlin, ya consideran «inevitable».
Como aparente concesión, la liga baraja la idea de añadir una segunda semana de descanso (bye week). Este ajuste no solo alargaría la temporada, sino que podría desplazar el Super Bowl al fin de semana del Día de los Presidentes, creando un «feriado nacional» de facto, una idea atractiva para los aficionados pero logísticamente compleja. Sin embargo, para los jugadores, esta «concesión» es vista como un parche insuficiente para una herida mucho más profunda.
La Voz de los Gladiadores: «Nuestros Cuerpos Tienen un Límite»
La oposición de los jugadores ha sido unánime y contundente, y ha encontrado a su portavoz más poderoso en el rostro de la liga: Patrick Mahomes. El mariscal de campo de los Kansas City Chiefs no se anduvo con rodeos al expresar su preocupación por el peaje físico que un partido adicional supondría.
«Has visto la cantidad de lesiones que se han acumulado al final de las temporadas, y quieres tener a los mejores jugadores jugando en los partidos más importantes», declaró Mahomes.
Su voz no está sola. Se ha unido a un coro de estrellas que han alzado la voz, formando un frente unificado:
- George Kittle (TE, 49ers): Un crítico de larga data que ya abogaba por dos byes con 17 partidos, citando el «enorme desgaste físico».
- Joe Burrow (QB, Bengals): Calificó el plan de 18 partidos como «una gran exigencia» y consideró que una segunda semana de descanso es «absolutamente crítica para nuestros cuerpos».
- El Sindicato de Jugadores (NFLPA): La postura oficial, articulada por el Director Ejecutivo Lloyd Howell, es inequívoca: «Ningún jugador con el que he hablado quiere 18 partidos».
El miedo real de los jugadores va más allá de un solo partido extra. Se trata del impacto acumulativo de una temporada regular de 20 semanas (18 partidos + 2 byes). Esto significa más entrenamientos, más viajes, más golpes y menos tiempo de recuperación. El temor fundamental es una degradación de la calidad del espectáculo, con carreras acortadas y estrellas marginadas por lesiones, llevando a un escenario donde, como un aficionado señaló acertadamente, los equipos acaben jugando con «jugadores del fondo de la plantilla mientras los buenos se consumen en la lista de lesionados».
El Veredicto del Juez: Una Batalla que la NFL no Puede Ganar sin Concesiones Reales
Estamos ante un conflicto clásico de capital contra trabajo, pero con una variable única: el «producto» en riesgo es la salud física de los atletas. Los dueños ven el partido 18 como un activo vendible; los jugadores lo ven como un impuesto más sobre sus cuerpos y sus carreras.
La negociación real, por tanto, no se centrará en si habrá o no 18 partidos —eso parece una conclusión inevitable impulsada por el dinero— sino en el precio que la liga deberá pagar. Una segunda semana de descanso es solo el punto de partida. La NFLPA, envalentonada por el apoyo público de sus estrellas, exigirá concesiones mucho más significativas: mejoras garantizadas en las superficies de juego, una reducción de los viajes internacionales y, lo más importante, un aumento sustancial de su participación en los ingresos de la liga, posiblemente presionando por un reparto del 50-50.
El veredicto de Sport Judge es que los jugadores han ganado la batalla de la opinión pública. Han enmarcado con éxito el debate en torno a la salud y la seguridad, no solo al dinero. No pueden detener la marea financiera de los dueños, pero se han asegurado de que el precio para añadir ese decimoctavo partido sea más alto que nunca. La guerra no ha hecho más que empezar.


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