Atlético de Madrid impone su dominio ante el Sevilla con autoridad
El Atlético de Madrid no bajó los brazos ni un instante hasta sentir suya una victoria incuestionable frente al Sevilla, que terminó rendido ante la intensidad y eficacia rojiblanca. Un penalti de Julián Álvarez, un tanto de Thiago Almada y el sello final de Antoine Griezmann sellaron el 3-0 en el Metropolitano, un triunfo que mantiene viva la pugna por LaLiga.
El equipo de Diego Simeone alcanzó así su tercera victoria consecutiva en el campeonato, todas ellas sin recibir gol. En contrapartida, el Sevilla sumó su tercera derrota seguida, un golpe duro tras haber goleado al Barcelona semanas atrás. Dos trayectorias opuestas: el Atlético sueña con la cima; el Sevilla, en cambio, busca salir de su peor momento del curso.
Un primer tiempo de control y resistencia
El encuentro comenzó con un Sevilla atrevido, dueño inicial del balón, aunque sin profundidad. Apenas un remate de Isaac y una acción individual de Vargas llevaron algo de inquietud a la portería de Oblak. El Atlético, paciente, esperó su momento.
La primera gran ocasión llegó tras una jugada de estrategia: un balón largo de Sørloth, peinado hacia la carrera de un desbordante Álvarez, que conectó una volea potente y cruzada, repelida con reflejos por Vlachodimos, el guardameta sevillista que sostuvo el empate hasta el descanso. El dominio colchonero ya era evidente, aunque el marcador aún no lo reflejaba.
El Atlético se adueña del partido en la segunda mitad
El segundo tiempo mostró la mejor versión del equipo madrileño. Más dinámico, más intenso y más vertical, el Atlético arrinconó al Sevilla, que resistió como pudo. Los córneres se acumularon: ocho a favor del conjunto rojiblanco a la hora de juego.
La presión tuvo su recompensa en el minuto 64. En una acción confusa dentro del área, Nianzou cometió un penalti claro sobre Giménez, confirmado tras revisión del VAR. El árbitro no dudó, y Julián Álvarez, con la serenidad de los grandes, lo transformó para abrir el marcador. El grito del Metropolitano retumbó con fuerza.
Giuliano Simeone y Thiago Almada, la conexión del 2-0
Con la ventaja en el marcador, el Atlético mantuvo la intensidad. Giuliano Simeone, rápido y oportuno, robó un balón en la salida sevillista y emprendió una carrera letal. Su pase atrás fue perfecto para que Thiago Almada definiera con precisión y pusiera el 2-0.
Era la confirmación del dominio absoluto de un equipo que no solo gana, sino que convence. El estadio se rindió ante una nueva muestra de fútbol sólido y ambicioso, de un Atlético que recupera la esencia del juego ordenado y letal en transiciones.
Griezmann cierra la goleada con su sello característico
Ya en los minutos finales, Antoine Griezmann puso la firma definitiva con el 3-0. El francés, que sigue siendo el alma del equipo, aprovechó un error defensivo para marcar y desatar la euforia en las gradas. Fue el golpe final a un Sevilla desbordado, sin capacidad de reacción y con más dudas que certezas.
El pitazo final confirmó lo que se percibía desde mucho antes: el Atlético de Madrid está en modo competitivo, con una defensa inquebrantable y una delantera en crecimiento. Tres victorias seguidas, tres porterías en cero y una afición que vuelve a creer en el sueño liguero.
Dos caminos opuestos: la ilusión rojiblanca y la crisis sevillista
Mientras el Atlético se consolida entre los aspirantes al título, el Sevilla de Matías Almeyda se hunde en una espiral negativa. Tres derrotas consecutivas reflejan una crisis futbolística y anímica que amenaza con comprometer el resto de la temporada.
Para los rojiblancos, en cambio, el panorama es alentador. La mezcla de experiencia —representada por Griezmann y Oblak— y juventud —con Álvarez, Almada y Giuliano— le ha dado nueva vida al proyecto de Simeone, que vuelve a ilusionar a su gente.


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