El sudor y la lucha de un campeón en formación
Carlos Alcaraz lo volvió a hacer. En un partido cargado de tensión y dramatismo, el español superó al ruso Andrey Rublev con parciales de 6-3, 4-6 y 7-5, consiguiendo su decimoquinta victoria consecutiva en torneos Masters 1000. La victoria, lejos de ser sencilla, demostró la madurez competitiva del joven de 22 años, que ya se ha acostumbrado a pelear en escenarios de máxima exigencia.
Cada punto fue una batalla, cada juego un desafío. Rublev, número 11 del mundo, exigió al límite al murciano, quien tuvo que desplegar toda su capacidad física y mental para mantenerse en pie. La victoria fue más que un pase a semifinales: fue una declaración de resistencia y hambre por conquistar la cima.
Cincinnati, el torneo que se le resiste
Alcaraz tiene una cuenta pendiente con Cincinnati. En 2023, cayó en la final frente a Novak Djokovic en un duelo que quedó grabado como uno de los mejores partidos del año. Ahora, con la experiencia de aquella derrota, el español busca reescribir su historia en Ohio.
Para llegar a la final deberá superar a un rival que saldrá del cruce entre Alexander Zverev y Ben Shelton, dos tenistas con estilos muy distintos que pondrán a prueba la versatilidad de Alcaraz.
Sinner y Atmane, la otra cara de las semifinales
La otra semifinal del Masters 1000 de Cincinnati tendrá un aire de contraste. Jannik Sinner, número uno del mundo y defensor del título, se medirá al francés Térence Atmane, auténtica revelación del torneo. Atmane llegó desde el puesto 136 de la ATP y ha sorprendido con un tenis agresivo, fresco y sin complejos.
El camino del francés es la prueba de que en el tenis todo puede pasar y que la ilusión puede romper jerarquías. Mientras tanto, el choque entre Sinner y Atmane genera expectativas distintas: la consolidación del líder contra la irrupción de un outsider.
El camino de Alcaraz hacia la cima del tenis
Con apenas 22 años, Alcaraz ya es considerado el heredero natural de Rafael Nadal y uno de los pocos capaces de desafiar a Novak Djokovic en los grandes escenarios. Su estilo explosivo, mezcla de potencia, creatividad y resiliencia, lo ha convertido en un favorito del público y en un rival temido por sus compañeros de circuito.
El Masters 1000 de Cincinnati puede ser otro paso hacia la construcción de su leyenda. Una victoria aquí no solo significaría revancha por la final perdida en 2023, sino también una reafirmación de su dominio en la gira estadounidense rumbo al US Open.


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