La relación entre hormonas y salud cerebral femenina
La menopausia representa un cambio profundo en la vida de una mujer, no solo a nivel físico sino también neurológico. La caída en los niveles de estrógeno ha sido vinculada con síntomas incómodos como sofocos, insomnio y sudores nocturnos, pero también con un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Los investigadores han identificado que el momento en que una mujer inicia la terapia de reemplazo hormonal podría marcar una diferencia significativa en su futuro cognitivo.
Beneficios de iniciar la terapia en el momento adecuado
Un estudio presentado en la reunión anual de la Asociación Neurológica Estadounidense reveló que las mujeres que comienzan la terapia hormonal dentro de los cinco años posteriores a la menopausia pueden reducir hasta en un 32% su riesgo de desarrollar Alzheimer.
Este hallazgo resalta la importancia del “tiempo ventana”: el cuerpo femenino responde de manera distinta a la terapia hormonal dependiendo de si aún está cercano al proceso de menopausia o si ya han pasado varias décadas.
Riesgos de retrasar el inicio del tratamiento
Cuando la terapia se inicia después de los 65 años, los riesgos cambian. En lugar de proteger, puede aumentar en un 38% la probabilidad de padecer Alzheimer. El uso de fármacos como la progestina mostró un vínculo particularmente fuerte con este incremento.
Los especialistas lo comparan con regar una planta: hacerlo en el momento en que necesita nutrientes puede revitalizarla, pero hacerlo cuando ya se encuentra marchita puede dañarla más.
Estrógeno, inflamación y comunicación cerebral
Los beneficios de la terapia temprana podrían estar relacionados con el papel del estrógeno en la comunicación neuronal. Esta hormona ayuda a mantener las conexiones entre las células cerebrales y a reducir la inflamación.
En contraste, administrarla demasiado tarde puede estimular procesos inflamatorios y afectar los vasos sanguíneos del cerebro, acelerando la progresión del Alzheimer en lugar de frenarla.
Una decisión que requiere orientación médica
Aunque los resultados son prometedores, los expertos advierten que la terapia de reemplazo hormonal no debe considerarse una herramienta exclusiva para prevenir el Alzheimer. Su uso debe estar enfocado en aliviar los síntomas de la menopausia, y la decisión de iniciar o suspender el tratamiento debe hacerse bajo la supervisión de un médico.
Lo recomendable, según los investigadores, es que una mujer evalúe con su especialista iniciar la terapia poco después de la menopausia y suspenderla al cabo de algunos años para minimizar riesgos.
Perspectivas y estudios futuros
Si bien los hallazgos son preliminares, abren una puerta a nuevas investigaciones sobre cómo la salud hormonal influye en el envejecimiento cerebral. Los especialistas coinciden en que no existe una fórmula universal y que cada caso debe individualizarse.
Lo cierto es que este estudio aporta claridad a un debate histórico sobre la seguridad de la terapia hormonal y plantea que el momento oportuno puede ser la clave para proteger la mente femenina en la edad adulta.


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